La masificación del ciclismo en el país se inicia con la bicicleta de impulso

Zahira Arriaga (izq., número 104) se alista con sus rivales para salir del partidor. En la segunda foto, Andrés Tenesaca (55) trepa uno de los montículos en la pista de Cuenca. Fotos: Manuel Quizhpe/ EL COMERCIO

Zahira Arriaga (izq., número 104) se alista con sus rivales para salir del partidor. En la segunda foto, Andrés Tenesaca (55) trepa uno de los montículos en la pista de Cuenca. Fotos: Manuel Quizhpe/ EL COMERCIO

Zahira Arriaga (izq., número 104) se alista con sus rivales para salir del partidor. En la segunda foto, Andrés Tenesaca (55) trepa uno de los montículos en la pista de Cuenca. Fotos: Manuel Quizhpe/ EL COMERCIO

Antes de las carreras en bicicletas sin pedal, a escala nacional o provincial, los padres de familia se preocupan de los mínimos detalles. Son inevitables las preguntas o sugerencias de última hora para sus hijos menores de cinco años.

“¿No quieres ir al baño?”, es la inquietud frecuente que hacen sus familiares. “Dale con todo, no te detengas”, es el consejo habitual. El padre o la madre pretende evitar cualquier contratiempo en la pista, a donde puede ingresar el niño con un solo acompañante.
Los demás deben ubicarse en los graderíos.

En Cuenca, el sábado pasado, cerca de 200 personas, en su mayoría familiares, vieron en competencia a niños y niñas de entre tres y cinco años con motivo del Provincial de Bicicrós.

Antes de ingresar a la pista, los acompañantes son quienes retiran los números de competencia para ser colocados en la parte frontal de la bicicleta. A la espera del llamado para las prácticas oficiales, hay quienes piden golosinas, como un helado, caramelo o gaseosa... Si no les complacen, no faltan los llantos o gritos en público.

Ese panorama se vive en las válidas a escala provincial y nacional. En los últimos dos años, las carreras de bicicletas sin pedal o de impulso han ganado su espacio en las pistas del país y ahora son parte del calendario de competencias.

Edwin Fierro, juez internacional de bicicrós, está convencido que la categoría de bicicletas sin pedal ganó notoriedad desde el año pasado por el gran número de participantes en el país. Sin embargo, la práctica de esta modalidad se registra desde hace cuatro años, especialmente en Pastaza, Pichincha y Azuay.

Fierro aclara que, si bien se entregan medallas de oro, plata y bronce para motivarlos y de esa manera masificar el ciclismo, las carreras son totalmente recreativas. En cada Nacional, los niños menores de cinco años son quienes abren las pruebas. La primera válida nacional se registró el 10 y 11 de febrero en Napo.

Cecilia López, exdelegada del BMX de Pichincha, recordó que hasta el año pasado participaban unos 60 pichinchanos en las carreras nacionales de bicicletas sin pedal. “En la provincia hay más de 100 ciclistas menores de cinco años que se entrenan en sus clubes”.

Sandra Tacuri, madre del ciclista cuencano Samuel Parra, recuerda que su hijo empezó a practicar esta modalidad a los dos años. Ahora tiene cuatro años. Ha participado en los torneos escolares y provinciales. “Lo importante es que haga deporte, que se distraiga”. La bici la compró en USD 200.

Jeison Noguera, progenitor de Eduardo, aseguró que ver la alegría de su hijo y la adrenalina que le pone en las carreras no tiene precio. El pequeño tiene cuatro años y ya compite en los campeonatos nacionales. Él estimó que los precios de la bicicleta oscilan entre los USD 150 y 200; mientras la indumentaria (casco, guantes, protectores...) está entre los USD 60 y 100.

Andrés Cárdenas, técnico azuayo, sostiene que por lo general a los entrenamientos llegan niños desde los dos hasta los cuatro años. A ellos se les enseña a mantener el equilibrio y cómo arrancar desde el partidor. Luego vienen estrategias, técnicas, curvas, tácticas de carrera… “Poco a poco los alumnos van alcanzando habilidades en la bicicleta”.

El entrenador ha visto cómo sus dirigidos desde los cuatro años ya se atreven a manejar bicicletas con pedal. A su criterio, ellos son las futuras promesas de Ecuador no solo para bicicrós sino para ciclismo de pista y ruta y de otras modalidades. “En Cuenca hay unos 100 niños que se entrenan en bicicletas de impulso.

Cárdenas explica que, con la bicicleta tradicional el niño tiene que equilibrarse para pedalear. Mientras en la bici sin pedal, lo primero que debe hacer es aprender a equilibrarse, algo que se hace de manera progresiva y natural.

Según Diego Sanmartín, presidente de la Comisión de Bicicrós del Azuay, la categoría de entre dos y cuatro años se llama bicicleta de impulso e incluso hay mundiales, pero que son únicamente promocionales. Aún no es reconocida por la Unión Ciclista Internacional. “Esta modalidad ha venido en crecimiento desde hace unos cuatro años”.

En la actualidad, en la mayoría de las provincias se inicia la masificación del ciclismo con la bicicleta de impulso. 

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