María Isabel Vásconez, exselecionada nacional de fútbol. Foto: Manuel Quizhpe/ EL COMERCIO
El fútbol femenino de Ecuador tiene un proyecto en marcha con la entrenadora brasileña Emily Lima. Como seleccionada nacional por 10 años, ¿cuál es su expectativa?
Tengo muchas expectativas porque es una entrenadora de lujo, que trabajó con la selección brasileña. Ecuador tiene asegurado un mejor futuro con las damas. La Ecuafútbol está tomando con mucha seriedad al fútbol femenino. Emily conoce a fondo el balompié femenino de Sudamérica y del mundo, por su experiencia como exjugadora y adiestradora.
¿Qué ventajas tiene respecto de otros técnicos?
El número de partidos que ahora suman las jugadoras de la categoría absoluta con la realización de la Superliga Femenina de Fútbol, que se implementó el año pasado. Eso le facilitará a la entrenadora seleccionar a las mejores del país y armar una selección poderosa. Tendrá un proceso interesante desde la categoría Sub 17. En los años anteriores no pasaban de 10 a 15 partidos por temporada, mientras el 2019 los equipos finalistas jugaron 26 encuentros.
¿Hay cantidad, calidad, experiencia y juventud?
Así es y eso es bueno. Además, la Superliga Femenina de Fútbol obliga la presencia en la cancha de jugadoras menores de edad. Eso facilitará la conformación de las selecciones nacionales Sub 17 y 20. El conocimiento de Emily Lima sobre el manejo del fútbol femenino será crucial para los progresos de Ecuador.
Luego de la primera edición de la Superliga Femenina, ¿cuánto cree que se ha avanzado en la anhelada profesionalización?
Es paulatino el avance, no se puede exigir demasiado. Soy de la idea de que hay que ganarse su espacio con disciplina y resultados, creo que el fútbol femenino tiene que lograrlo a punta de esfuerzo. Estoy segura de que llegará el momento en que las chicas cobren el salario que se merecen. Lo bueno es que ya está abierto el sendero y esto de seguro va a mejorar.
¿Qué otros aspectos se han mejorado?
Hubo mucho interés de la gente por asistir al estadio y la cobertura de la prensa fue mayor. Reitero, vamos por buen camino, este año se verá un mejor nivel porque habrá mayor competitividad.
De su experiencia como futbolista y como coordinadora de las divisiones formativas del Deportivo Cuenca, ¿qué es lo más importante que se consiguió en el 2019?
El paso fundamental fue hacer de que los clubes profesionales masculinos se involucren con el fútbol femenino, armando equipos de mujeres. De esa manera no se empezó de cero porque un club profesional tiene su hinchada y su marca. Lo que pasó en Cuenca fue notorio: se llenó el estadio Alejandro Serrano Aguilar en la final, mientras en la semifinal hubo más de 6 000 personas.
¿Qué falta?
Muchas cosas, estamos lejos de las grandes ligas. El torneo debe ser mejor estructurado, los dirigentes tienen que tomarle más en serio al fútbol femenino. La empresa privada debe involucrarse y el apoyo del público debe ser desde el inicio.
¿Anhela volver a vestir la Tricolor?
Yo renuncié a la selección nacional y la decisión se mantienen firme. Pero mi anhelo es ver triunfar al combinado ecuatoriano con las futbolistas que actúan en el exterior y en el país. El nivel que existe es bueno y eso ayudará a la entrenadora brasileña.
¿Cuándo se vincula al equipo de Boca Juniors de Argentina?
Viajaré el 25 de enero. Boca Juniors me puede inscribir recién en marzo, pero hasta que eso ocurra trataré de llegar en las mejores condiciones físicas y técnicas. Por mi embarazo y posparto me retiré un año y medio de las canchas. Tengo muchas expectativas y estoy feliz con el sueño cumplido de jugar en un gran club sudamericano.