Marco Quiroz se entrena a diario en el gimnasio de la Federación Deportiva del Azuay. El 23 de marzo se concentrará con la selección nacional en Durán. Foto: Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO
Marco Quiroz es un pugilista efectivo con los golpes cruzados y tiene buena defensa. Domina las tres distancias: corta, media y larga. Es un atleta con todas las condiciones para representar al país en un Mundial, en unos Juegos Panamericanos u Olímpicos.
Ese es el criterio del cubano Nicolás Rodríguez, quien desde hace un año y medio entrena a Quiroz y a otros boxeadores azuayos. Pone énfasis en su inteligencia y elevada autoestima dentro del cuadrilátero. Esas características se complementan con las condiciones técnicas, físicas y psicológicas.
El deportista, en cambio, se autodefine como un guerrero, que diferencia entre rendirse y saber lo que es suficiente. Una persona luchadora sin descanso, a pesar de las adversidades. Su máximo reto de este año es clasificar a los Juegos Panamericanos programados para julio próximo en Toronto, Canadá.
Ese desafío se planteó con mayor determinación tras ingresar al Plan de Alto Rendimiento del Ministerio del Deporte, en la categoría D. La beca económica, que rige desde enero pasado, es consecuencia de los resultados obtenidos en el 2014. “Se hizo justicia”, anota.
El seleccionado de 23 años nació en Machala. A los dos años de edad llegó a Cuenca con sus padres adoptivos: Pedro Quiroz y Blanca Orellana. A los ocho años ingresó en una colonia vacacional del club de fútbol del Deportivo Cuenca porque “el sueño de mi padre era que sea futbolista”.
Sin embargo, terminada la colonia ni siquiera le dieron el diploma porque en horas de enseñanza se dedicaba a otras tareas. Él llegaba al complejo de Patamarca y cuando todos corrían detrás de un balón, “yo me dedicaba a jugar en los charcos de agua”, recuerda entre risas.
Su inclinación apuntaba a los deportes de combate. Entonces incursionó en el taekwondo y fue preseleccionado del Azuay. Por poco tiempo practicó judo y halterofilia. Hace cinco años decidió entrenar boxeo por considerar una disciplina distinta a las demás. “Aprendí a ser constante y disciplinado”.
Según Quiroz, el boxeo es un deporte en donde no se guarda nada. “Todos los días se deja la vida”. En su criterio, siendo futbolista no hubiese viajado a distintos países del mundo, aunque siente pena el no haber cumplido el sueño de su padre adoptivo. Entre carcajadas confiesa que “para mí la pelota siempre fue cuadrada”.
El campeón nacional de los 79 kilogramos agradece a sus padres por darle la libertad de escoger el deporte de su predilección. También destaca el apoyo recibido por los cuencanos, en donde vivió su etapa escolar y colegial. Ahora estudia Psicología Clínica en la Universidad Católica de Cuenca.
Terminar la universidad será otro logro personal, tomando en cuenta las dificultades que aparecen por los viajes y las concentraciones. Pero puso en claro que se estudia para ser mejores personas y no para jactarse. Él vive en la residencia de la Federación Deportiva del Azuay, que está a unos 60 metros del lugar de prácticas.
Para optimizar sus resultados bajó de peso. En el Torneo Nacional que será del 2 al 7 de marzo en Coca, Orellana, se estrenará en la división de los 69 kilogramos. En ese peso espera lograr el cupo para los Juegos Panamericanos. El 2014 intervino en la categoría de 79 kg.
Rodríguez está convencido que, en este año, su dirigido dará una sorpresa agradable a la Federación Ecuatoriana de Boxeo “para que se le tome más en cuenta”. Pero, para ello, el pugilista deberá viajar al exterior para foguearse con rivales de mejor nivel. En Cuenca se entrena contra dos compañeros para exigirse.
El 2014 se convirtió en uno de los mejores años de su carrera deportiva. Entre los principales éxitos, el DT cubano menciona la medalla de bronce obtenida en un certamen internacional cumplido en Cuba. “Le ganó a un boxeador ruso que es tercero en el mundo”. También fue campeón de la Copa del Pacífico cumplida en Guayaquil.