Paula Torres (izq.) es la segunda mejor marchista de Sub 20 de Ecuador y ocupa el puesto 16 en el mundo. Saúl Wamputsrik (der.) fue medalla de oro en los Juegos Sudamericanos Escolares, campeón nacional de Menores y Sub 16. Foto: Manuel Quizhpe / EL COMERCIO
Los andarines Saúl Wamputsrik, Mateo Chocho y Alejandro Guillermo coparon el podio del último Nacional de Atletismo Sub 16 que se cumplió en Riobamba. Ganaron las medallas de oro, plata y bronce en la prueba de 5 kilómetros y dieron un respiro a la marcha azuaya, que perdió protagonismo en los últimos tres años.
Wamputsrik, de 14 años y campeón de los Juegos Sudamericanos Escolares 2018 en 5 000 metros, es uno de los pocos relevos con éxitos internacionales que tiene Azuay. Él se alista para cubrir los vacíos que dejarán sus coterráneos Andrés Chocho y Claudio Villanueva, seleccionados nacionales de 35 y 31 años.
En damas, Paula Torres es la más destacada en la categoría Sub 20. A escala nacional se ubica detrás de Glenda Morejón, quien es líder del ‘ranking’ mundial Sub 20 en 20 km. La andarina de 18 años ocupa el puesto 16 en el mundo y en la segunda sudamericana en el escalafón. Se suma Sara Encalada, quien fue campeona de los Juegos Sudamericanos Escolares en Perú.
Por la falta de más figuras, Azuay ha sido rezagada en los últimos tres años por Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Tungurahua, Chimborazo y Bolívar, especialmente en las categorías formativas. Allí sobresalen Óscar Patín (Bolívar) y Glenda Morejón (Imbabura), campeón olímpico juvenil y campeona mundial Sub 18.
La preocupación por la falta de resultados de la marcha azuaya se ahondó, en mayo pasado, cuando no apareció ningún representante en los Juegos Nacionales Prejuveniles (Sub 18), realizados en Cuenca. Allí se lucieron los tungurahuenses e imbabureños.
En varones, los medallistas de oro, plata y bronce fueron Josué López (Tungurahua), Johan Tuquerres (Pichincha) y Terry Villacorte (Tungurahua), en ese orden. En damas, Diana Torres (Imbabura), María José Mendoza (Chimborazo) y Melanie Goyes (Pichincha) ocuparon las tres primeras posiciones.
Manuel Ortiz, quien fue técnico de Jefferson Pérez, se mostró preocupado por los resultados de los últimos años a escala nacional. “Se han descuidado las bases por darle prioridad y conseguir resultados con los marchistas élite”.
Con los éxitos de Pérez y otros andarines, asegura Ortiz, Azuay fue considerada la cuna y potencia de la marcha ecuatoriana. Él se lamenta la falta de éxitos en las categorías formativas, salvo los triunfos de Wamputsrik y Encalada.
Juan Chocho, uno de los técnicos azuayos, reconoce que existe un bajón y considera que su dedicación a una maestría deportiva de dos años “nos pasó factura”. Hay otros motivos, dice, como la priorización de los estudios a partir del segundo año de bachillerato. Cuestiona el criterio de juzgamiento que tienen los jueces.
Julio Chuqui, coordinador de entrenadores de la Federación Deportiva del Azuay, está consciente que se requieren correctivos. Él recordó que el DT Luis Chocho, en sus inicios, convirtió en un fortín al colegio Manuel Córdova de la parroquia Baños, de donde salieron medallistas internacionales como Miriam Ramón, Luisa Paltín, Sara Nivicela. “Son chicas de orígenes humiles, de clase baja. Vamos a recurrir a esa estrategia”. Se apostará por los talentos de los cantones, con incentivos.