Manuel Balda nació el 21 de febrero de 1992, en Portoviejo. Foto: Archivo / EL COMERCIO
Cuando Manuel Balda habla sobre sus planes futuros para vivir en España, sus compañeros de El Nacional se ríen.
Entre broma y broma, le repiten que él es ecuatoriano y que estará en el país hasta sus últimos días. Pero ‘Manu’, como le dicen en el club en el que solo juegan futbolistas nacionales, habla con mucha seriedad del tema.
Su afecto a Europa y, sobre todo, a la ciudad española es inmenso. Ahí, estudió y forjó amigos que conserva a la distancia. También, conoció a su pareja, la catalana Miriam Quiroz, con quien procreó a la pequeña Diana, de nueve meses.
La relación nació hace nueve años en Barcelona. Desde entonces han permanecido juntos. Pero hace dos años, a Balda le picó el ‘bichito’ por volver a Ecuador. Su padre, quien lleva el mismo nombre y pasó por Emelec, quería verlo jugar en un equipo ecuatoriano.
Él emigró con su padre y su madre, Janeth, a la ciudad catalana a los nueve años. Ahí, estudió en la escuela y en el colegio y se formó deportivamente en clubes de la segunda categoría españoles.
La opción de su retorno se concretó luego de que el empresario Iván Reyes mostró videos del futbolista a los directivos, en el 2016. A ellos les agradó el juego del delantero y resolvieron repatriarlo.
Su progenitor le animó a aceptar la oferta. “Me dijo que El Nacional era uno de los cuatro clubes grandes del país. Me repitió que no dudara”.
El manabita tenía temor de que, con esta decisión, la relación con su pareja se rompiera. Miriam dudaba sobre venirse al país. Tenía dudas sobre si se adaptaría a la cultura ecuatoriana, a la comida y a las costumbres. Pero decidió apoyarlo y se vino con él a Quito.
Al principio, se instalaron en el Círculo Militar. Pero ahora residen en un departamento en el norte de la capital. Ahí, aprenden la labor de educar a su primogénita.
Balda, de 25 años, está feliz con su heredera. Todos los días, tras el entrenamiento, acude presuroso a su hogar para ver a su pequeña.
Por la comida, asegura que no tiene problema. Su madre, en Barcelona, le preparaba cebiches, patacones, pescado… comida manaba.
Es que ‘Manu’ pasó sus primeros nueve años, con sus familiares, en la parroquia manabita Río Chico, ubicada a 10 minutos de Portoviejo. Emigraron para mejorar su calidad de vida, pero, en días de vacaciones, volvían a la ‘tierrita’.
“Por eso, no he tenido problemas en adaptarme”, expresa el delantero de los puros criollos, aunque confiesa que tras su experiencia en el fútbol ecuatoriano volverá a Barcelona. “Amo Ecuador, pero mi vida está en Europa. Allá pasaré el resto de mi vida”.
Su gran desafío es obtener el carné de entrenador o dedicarse a la representación deportiva tras su retiro.
Por ahora, quiere dedicarse a su hija y sobre todo esforzarse por El Nacional, donde se ha afirmado como titular esta temporada.
Hoy, 10 de septiembre, juega ante el finalista Delfín (12:00), en el Atahualpa.
Origen. Nació el 21 de febrero de 1992, en Portoviejo. Tiene 25 años.
Trayectoria. Pasó por los clubes de segunda división españoles Santa Coloma, Gramenet, AE Prat, Cornellá y Badalona. En el 2015 debutó en Primera División del fútbol griego en el Panthrakikos. El 2016 fue fichado por El Nacional, club donde cumple su segunda temporada. Su anhelo es ser convocado algún día a la selección ecuatoriana.