Saritama nació en Loja el 20 de octubre de
1983. Se formó en Deportivo Quito. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Entrevista a Luis Saritama, volante del Deportivo Cuenca.
¿Cuál es su análisis sobre la crisis económica que afronta la mayoría de clubes del país?
La situación es difícil; pocos clubes logran estabilidad financiera y generalmente son los que han sabido administrar de buena forma. En ese grupo están Independiente del Valle, Liga de Quito y Emelec; los demás viven momentos complicados. La Federación Ecuatoriana de Fútbol, como ente máximo, debería hacer un análisis profundo para encontrar soluciones más integrales.
¿Dónde está el origen del problema?
Está en la falta de una estructura organizativa sólida. Lamentablemente, en el fútbol no pueden existir entidades anónimas, eso hace que los clubes sean manejados informalmente y no como empresas. Cuando no existe un orden institucional, vienen los problemas administrativos y financieros.
¿El pago exagerado de sueldos a los futbolistas contribuye a la crisis?
Sin duda, es un factor determinante. Los presupuestos deben manejarse de acuerdo con la realidad de sus
ingresos. Los problemas surgen cuando no se puede pagar lo firmado en un contrato.
La impuntualidad en los pagos no es nueva. Pero, al parecer, la paciencia se agota cuando no se cobran tres o cuatro meses.
Es difícil, porque los futbolistas somos trabajadores y debemos cobrar puntualmente. Detrás de nosotros están familias, obligaciones por cumplir. Llega un punto en el cual los ahorros ya no te alcanzan y eso genera inestabilidad, sufrimiento en la familia y en el jugador.
Su compañero, Andrés Oña, contaba que la situación es dramática para los jugadores jóvenes…
Siempre se ha dado esa situación, cuando los equipos no cancelan a tiempo y se acumulan entre dos y tres meses de sueldos, los que más sufren son los jóvenes, que ganan menos. Los experimentados tenemos más ingresos y contamos con cierto ahorro que nos permite aguantar un poco más.
¿Los mayores ayudan a sobrevivir a los jóvenes?
Los jóvenes no tienen dinero para ir a entrenarse y eso preocupa. No llegan en óptimas condiciones. Los jugadores grandes les ayudamos, aunque no nos corresponde. Lo hacemos porque son nuestra segunda familia.
¿Se sienten representados por la agremiación de futbolistas del Ecuador?
Estamos representados por el gremio. Pero hay dirigentes que no cumplen y son la mayoría, entre el 60 y 70%. Cuando el gremio decide ir al paro en busca de soluciones integrales, quienes cumplen sus obligaciones no aceptan que sus equipos dejen de jugar.
¿La lucha es estéril?
Muchas veces los intereses son individuales y no colectivos. Eso afecta a la mayoría.
¿Qué debe hacer la Ecuafútbol?
No es la responsable de la crisis económica de los clubes, pero debería hacer un control en la parte financiera, administrativa y deportiva. Su misión es esa.
¿Es normal que clubes como Deportivo Cuenca y Liga de Loja organicen una tele-radiomaratón para recaudar dinero?
No es normal. Son actividades obligadas por la crítica situación económica. Año tras año se acumulan deudas de directorios anteriores y eso obliga a este tipo de actividades para salvar al club.
Tampoco es normal que un equipo profesional viaje en bus entre ocho y nueve horas para jugar…
Es parte de la precarización que sufre el fútbol ecuatoriano. No es normal, porque ante el rival entramos a la cancha en desventaja.
¿Cómo se maneja a la interna la crisis financiera?
Creo que la motivación y el liderazgo que se tiene dentro del plantel es fundamental para seguir en la lucha y estar en posiciones importantes. Hay un liderazgo del cuerpo técnico y de los jugadores que permite salir adelante y demostrar con resultados.