Marcos Dávalos chef de El Nacional. Foto: Diego Pallero/ EL COMERCIO
Marcos Dávalos tiene contacto permanente con los futbolistas juveniles y los experimentados de El Nacional. Es el salonero del comedor de los puros criollos, desde hace 16 años.
Cuando los juveniles se presentan a su mesa, el lojano de 50 años siempre les repite lo mismo. “Si Antonio Valencia lavaba aquí sus platos, ¿por qué ustedes no pueden hacer lo mismo ahora?”.
Sus palabras alertan a los ‘pelados’ que buscan un espacio en el equipo de la Primera categoría. Él siempre pone de ejemplo al ‘Toño’.
Conoció a Valencia hace trece años. Entonces, el seleccionado vivía en una de las habitaciones del club, ubicadas detrás de la cocina.
Por ello, el ahora seleccionado ecuatoriano empezó a tener contacto permanente con Dávalos y con Paula Panchana, Graciela Tinoco y María Chalá, las mujeres que preparan los suculentos alimentos para los futbolistas del plantel.
Por la convivencia diaria, ‘Toño’ y Dávalos se hicieron amigos. En ocasiones, el mediocampista actual del Manchester United le pedía un sánduche o alguna ración extra de comida. “Lo hacía todo siempre con mucho respeto. Valencia siempre fue tranquilo y humilde”, cuenta el lojano.
El ‘Toño’ emigró a España en el 2005. Pero desde entonces, cuando tiene vacaciones, acude al complejo para visitar a Dávalos y Panchana, quienes son esposos.
En ocasiones, el mediocampista le pidió al lojano que hiciera de su chófer para trasladarlo a las concentraciones de la Tricolor o para dirigirse a los hogares de sus familiares.
Como muestra de aprecio, Valencia le ha regalado camisetas del Wigan de Inglaterra y de la Tricolor.
Pedro Quiñónez, otro de los seleccionados que se formaron en el club, también es amigo de Dávalos.
‘Pedrito’, en ocasiones, le ha pedido que conduzca para él y lo traslade a Esmeraldas y Guayaquil. “Pedro siempre que me ve me pide que salude a las madrinas, las mujeres que aquí le preparaban la comida”, cuenta el empleado del ‘Nacho’.
Jorge Guagua también es otro de sus amigos. El defensa -ausente de la Tri por lesión- suele pedir ayuda a Dávalos cuando viene a Quito. “Guagua es mi patrón cuando viene acá. Siempre me dice que lo lleve a la Casa de la Selección”, dice Dávalos y suelta una sonora carcajada.