Un DT excéntrico y loco, pero muy exitoso y trabajador, sorpresivamente quedó libre y disponible. La razón: un cambio en la cúpula directiva del país en que trabaja. ¡Es la oportunidad que los ecuatorianos estaban esperando para contratarlo!
Pero la ilusión se desvaneció por las altísimas exigencias laborales del técnico, pues solo se puede cumplir un punto de su lista:
1. Construir un muro para separar a los jugadores de la prensa rosa. Respuesta: no hay muro que las Marians, los Anghelos y los Dupleints no puedan derribar.
2. Que el cuerpo técnico trabaje hasta altas horas de la noche, revisando cada cuadro de cada video de los jugadores. Esto también implica a los empleados y los directivos. Respuesta: imposible de satisfacer, pues en Ecuador la jornada laboral solo dura ocho horas.
3. Que los jugadores se sometan a una estricta disciplina. Respuesta: nuestros jugadores son formalitos, pero no respondemos si aparece un juicio por paternidad o terminan presos por conducir chispos.
4. No asistirá a las ruedas de prensa ni dará entrevistas a nadie. Respuesta: ¿Y qué hacemos con Vito, Carlos Luis y los otros panas?
5. Si el presidente de la Federación se va, yo también me voy. Respuesta: ¡Tranquilo, que a este paso Luchito no se irá nunca!