La pesista orense de 18 años se entrena en Cuenca para competir en los Juegos Nacional Juveniles. Es medallista mundial.
Con cuatro años de anticipación, la orense Lisseth Ayoví se fija como objetivo a largo plazo clasificar a los Juegos Olímpicos en Tokio, Japón. La campeona mundial prejuvenil de levantamiento de pesas llegó ayer a Cuenca y este sábado competirá en los Juegos Nacionales Juveniles.
De pocas palabras, aunque segura de sus objetivos, la pesista de 18 años está convencida que “puedo llegar a Tokio en busca de las primeras posiciones”. Para ello se plantea seguir una preparación sistemática y además, espera contar con el apoyo económico necesario.
En la actualidad, como campeona mundial prejuvenil y medallista mundial de bronce, en la categoría juvenil, recibe un salario básico unificado (USD 366) del Ministerio del Deporte. “Antes recibía dos salarios básicos, pero hubo un recorte por la crisis, asegura Julio Arteaga, expresidente de la Federación Ecuatoriana de Levantamiento de Pesas.
Su preparación apunta al Sudamericano de Halterofilia que se cumplirá a mediados de octubre en Chile, en donde llegará como favorito por sus éxitos mundiales. Este sábado, en Cuenca, intentará levantar por primera vez 110 kilos en la modalidad de envión y 140 en arranque.
Lisseth incursionó en las pesas a los 10 años, guiada por su hermana materna Yaritza Corozo, quien dejó de asistir a las prácticas. Ahora entrena su otra hermana de madre, Juliana Rangel. Esta última tiene nueve años y pretende seguir los pasos de la medallista mundial juvenil, sostiene Joffre Bustamante, entrenador de los pesistas orenses.
Bustamante la define como una chica reservada de hablar en público. Por eso la aconseja para que pueda defenderse ante la prensa y responda cualquier inquietud. “Es introvertida, cuando se inició era una chica grosera, ahora es respetuoso y disciplinada”. Su madre María Cabezas y sus hermanas vivían en una vivienda de caña. Con el dinero que recibe, la pesista construyó una casa de bloque.
Según el entrenador orense de 46 años, el Municipio de Machala le ofreció una vivienda tras la obtención de las medallas mundiales, pero hasta la fecha no se ha concretado. La deportista vive a 15 minutos del centro de Machala, en el barrio suburbano Nuevo Pilo.
Bustamante ve en su dirigida un gran potencial e incluso se atreve a pronosticar que, si existe el respaldo económico necesario, en uno ocho años puede ser una potencial medallista olímpica. Él pide que se haga un seguimiento e incluso sugiere que se entrene en Guayaquil con los técnicos que trabajan con los pesistas élite.