Liga de Quito se despidió de Pulgas, el perro guardián y mascota oficial del club

Àlex Reyes, administrador del complejo de Liga de Quito, junto a Pulgas, la mascota oficial del club. Foto: David Paredes / El Comercio

Àlex Reyes, administrador del complejo de Liga de Quito, junto a Pulgas, la mascota oficial del club. Foto: David Paredes / El Comercio

Àlex Reyes, administrador del complejo de Liga de Quito, junto a Pulgas, la mascota oficial del club. Foto: David Paredes / El Comercio

Caminaba lento y tenía la mirada cansada, pero gozaba de total libertad para andar por todos los rincones del complejo de Pomasqui. El Pulgas, desde hace ocho años, se convirtió en el mejor amigo de los jugadores, dirigentes, cuerpos técnicos del club. Por eso, su muerte conmocionó a todos.

La dirigencia y la Comisión Especial de Fútbol lamentaron su muerte y la comunicaron a través de sus redes sociales. 

El Pulgas fue bautizado así por su cuidador y amo Álex Reyes, quien también cumple las funciones de administrador del Country Club y del complejo de formativas. 

Era un perro runa que de un día para otro apareció junto a otros canes en las instalaciones de formativas, hace ocho años. Quienes trabajan en Pomasqui lo recuerdan como una mascota amigable que poco a poco se ganó el cariño de los jugadores y de los entrenadores. 

Nadie sabía la edad exacta del can, porque llegó crecido. Tampoco de dónde y por qué apareció. La única certeza es que desde su arribo a la ‘U’ se ganó el cariño de la mayoría de entrenadores y jugadores que han lucido el escudo albo en el pecho.

“Pulgas llegó con otros perritos un día a las formativas y se quedó porque les dábamos de comer. Se hizo amigo de la mayoría en el club”, dice Reyes, su mejor amigo.

Según Reyes, todos estaban contentos con el canino, menos el DT Edgardo Bauza. El ‘Patón’ estaba cansado que los animalitos entraran a la cancha en plena práctica. Con toda la autoridad que se ganó tras conquistar la Libertadores del 2008, el argentino pidió que Pulgas y sus amigos abandonaran las instalaciones del equipo.

“Pulgas y los otros perritos se metían a la cancha y a veces interrumpían los entrenamientos. Bauza, cansado de que sucediera eso, pidió que los sacáramos. Los dimos en adopción a todos. Pero él volvió a los 20 días. Se escapó de su nuevo hogar y regresó con nosotros”, recuerda Reyes.

Su reaparición fue algo dramática. El ‘castellano’ estaba sucio, cansado y algo desorientado. Había pasado semanas buscando el complejo de los albos, donde recibió comida y el cariño de los jugadores.

Desde entonces se hizo parte de la gran familia de Liga de Quito. Celebró el título del 2018 y acompañó a inicios del 2019 a la escalada al árbol solitario, tradición que hacen en el club cuando se gana un campeonato.

Con los años aprendió a respetar los espacios. No ingresaba a la Casa Club ni a los gimnasios. También esperaba afuera de la cancha cuando el DT Pablo Repetto estaba trabajando con sus pupilos.

El Pulgas fue parte de varias campañas de concientización sobre el cuidado animal. En el 2020 incluso tuvo su dummie en los graderíos del estadio, junto al de otros aficionados.

Según Reyes, el Pulgas falleció hace unos días a causa de un problema en su estómago. 

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