El británico Lewis Hamilton (der.) celebra su victoria con Nico Rosberg (izq.) el 24 de julio del 2016. Foto: Attila Kisbenedek / AFP
La voracidad y el inconformismo le reportaron este domingo al inglés Lewis Hamilton (Mercedes) su quinta victoria en el Gran Premio de Hungría, acompañada, esta vez, del suculento premio de liderar el Mundial de Fórmula Uno con seis puntos de renta sobre Nico Rosberg.
Por quinta vez en las seis últimas pruebas del campeonato, el británico lanzó al cielo el trofeo que le acredita como vencedor.
A esa repetida celebración sobre el primer cajón del podio agregó hoy una mayor euforia: ganar en Budapest le permitió rebasar los cuatro triunfos del alemán Michael Schumacher, con quien compartía el récord histórico de victorias en la ciudad húngara, y asumir el liderato del Mundial con una conducción absolutamente dominante.
“He sido capaz de gestionar los neumáticos, el coche, la distancia y de reaccionar cuando era necesario. Los doblados me han causado algunos problemas, pero he mantenido todo en su sitio”, explicó en rueda de prensa el tres veces campeón del mundo de Fórmula Uno.
En 2008 estrenó su palmarés con McLaren y, tras saborear la gloria, ya con Mercedes, en las dos últimas campañas, Hamilton reivindicó su favoritismo a un tercer entorchado consecutivo al adueñarse tras la disputa del Gran Premio de Hungría de una posición que le había sido ajena durante la primera parte de la temporada.
De hecho, el inglés llegó a acumular una desventaja de 43 puntos con respecto a Nico Rosberg, su compañero y principal rival por el título. Al circuito Hungaroring llegó con una diferencia de un punto. Este domingo la dinamitó con una brillante salida.
Esa acción resultó suficiente para imponerse en una carrera estratégica y para festejar la conquista número 48 de su historial.
Con ese hito confirmó la reacción que comenzó en Mónaco, en la sexta prueba del campeonato, y que prosiguió en Canadá. En Bakú se reencontró con la victoria Rosberg -vencedor de las cuatro primeras pruebas del curso- pero las dos anteriores citas del calendario, en Austria y Gran Bretaña, fueron dominadas igualmente por el inglés.
Hoy volvió a negar una victoria a su compañero de fábrica. También acalló las voces que presentaban a Red Bull como alternativa al duopolio de las flechas plateadas. Ni el australiano Daniel Ricciardo, tercero, ni el holandés Max Verstappen, quinto, tuvieron opciones reales de victoria. Incluso el alemán Sebastian Vettel (Ferrari), cuarto, combatió con el equipo de la bebida energética.
Con 52 grados centígrados sobre el asfalto, la temperatura más alta del fin de semana, la gestión de los neumáticos resultó fundamental para el desenlace del undécimo Gran Premio del curso. Y a eso se dedicó Lewis Hamilton tras hacerse con la primera posición antes del paso por la curva número 1. Ahí se mantuvo durante una carrera que dominó a su antojo, para desespero de Nico Rosberg.
“Mi objetivo era ganar pero perdí todas mis opciones en esa curva. Toda la carrera se decidió en la salida”, lamentó en rueda de prensa el piloto de Wiesbaden, de 31 años.
Pese a que su segundo puesto le costó el liderato del Campeonato del Mundo, el germano recalcó que todo sigue “estando apretado”.
“Todavía queda mucho por delante. La próxima semana compito en casa y voy a intentar ganar”, advirtió.
En un fin de semana marcado por la controvertida decisión de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) de penalizar con un paso por la calle de garajes a aquellos pilotos que rebasaran en más de tres ocasiones los límites del trazado en las curvas 4 y 11, encontró el mejor rendimiento de su McLaren Honda, Fernando Alonso.
Si su compañero, el inglés Jenson Button, fue el único participante que no completó las 70 vueltas al circuito de Hungaroring por un problema de aceite, el asturiano reencontró la sensación de satisfacción con su meritorio séptimo puesto.
“He sido el primero del resto de pilotos, porque Mercedes, Red Bull y Ferrari están por encima de los demás”, dijo el dos veces campeón del mundo (en 2005 y 2006 venció con Renault). Un puesto más estuvo a punto de ganar Fernando Alonso en la vuelta número 57.
Raikkonen, quien partió desde la decimocuarta posición, pasó a batallar con la quinta con Verstappen gracias a la ambiciosa apuesta de su escudería. Ambos chocaron, en una movida segunda parte de Gran Premio, pero el nórdico pudo mantenerse en pista a pesar del daño sufrido en su alerón.
Esa fue la incidencia más relevante de una prueba que tuvo al otro español de la parrilla, Carlos Sainz (Toro Rosso), como octavo mejor piloto. El Top-10 fue completado por el finlandés Valtteri Bottas (Williams) y el alemán Nico Hulkenberg (Force India), con los mexicanos Sergio Pérez (Force India) y Esteban Gutiérrez (Haas) en la undécima y decimotercera posiciones, respectivamente.