Tras convertirse oficialmente en el primer ecuatoriano en competir en unos Juegos Olímpicos de invierno, Klaus Jungbluth se mostró orgulloso de haber podido completar los 15 kilómetros de esquí de fondo en el Alpensia Centre de Pyeongchang, aunque sus sueños en el deporte parecen recién comenzar.
Desde dejar un legado para futuras generaciones de atletas ecuatorianos a pensar en una federación de deportes invernales para el país, las metas de Jungbluth no tienen techo.
Klaus Jungbluth Rodríguez con la Bandera de Ecuador en los Juegos Olímpicos PyeongChang el 16 de febrero del 2018. Foto: Diego Azubel/ EFE
Su participación olímpica da la sensación de ser solo el principio de proyectos mucho más ambiciosos. Con un tiempo de 53:30,1 minutos, el deportista ecuatoriano finalizó la competencia en el puesto 112, a menos de 20 minutos del ganador, el suizo Diego Cologna, objetivo que se había propuesto antes del inicio de la prueba. “Siento un orgullo enorme de haber podido cruzar esa meta, después de haber dado el máximo de principio a fin”, le dijo Jungbluth a dpa apenas terminada la exigente prueba.
“Es un orgullo porque trajimos a todo el pueblo ecuatoriano por primera vez a unos Juegos de invierno y por haber podido cargar esa bandera en el final”. Más allá del resultado, Jungbluth se mostró esperanzado en el significado que puede tener su participación para el futuro de los deportes de invierno de su país.
“Espero que sea un legado. Yo estoy a la expectativa de que otros ecuatorianos se animen y podamos ir a otras competencias con un equipo más numeroso, por ejemplo el año que viene al Mundial de Austria“, destacó el deportista, que antes de dedicarse al esquí de fondo se dedicaba al levantamiento de pesas. En ese sentido, Jungbluth contó a dpa que ya hay un proyecto en marcha, para que algunos compatriotas comiencen la actividad con esquís sobre ruedas, técnica que él uso para sus prácticas mientras buscaba su clasificación olímpica.
“Varios ecuatorianos ya me contactaron para ver cómo lo pude hacer y les he estado dando consejos. Vamos a continuar en contacto para ver sus entrenamientos y que puedan seguir mis sugerencias sobre las experiencias que he tenido. Pienso que podemos lograr ir con un equipo de tres o cuatro personas al próximo Mundial”, explicó Jungbluth, que divide su pasión por el esquí con un doctorado en fisiología deportiva que está desarrollando en Australia y que quedó un poco relegado por el sueño olímpico.
“Tengo que volver a dedicarle tiempo al doctorado, pero en cuanto logre encausarlo, otra vez podré dedicarme a este deporte que tanto amo y ponerme a pensar en el Mundial de Austria”, remarcó el ecuatoriano, que también cursó estudios en República Checa y Noruega, donde aprendió a esquiar.
Ex fisiólogo deportivo del Comité Olímpico de Ecuador, Jungbluth se ve en el futuro como dirigente deportivo, e incluso sueña con fundar una federación de deportes de invierno, para seguir desarrollando una actividad que era casi nula en el país hasta su aparición. “¿Por qué no?”, se preguntó.
“Tengo la experiencia de haber llegado a los Juegos Olímpicos y sé como funciona el sistema. Más adelante, cuando regrese a Ecuador, podría fundar una federación real de deportes de invierno. Esa sería una gran meta para todo el Ecuador”.
Tal vez después de los Juegos de Pekín de 2022, el objetivo a largo plazo que ya tiene en mente, Jungbluth ponga en marcha ese proyecto que tanto lo ilusiona.