En el Estadio de Francia, dos estrellas del atletismo deslumbraron al mundo con actuaciones memorables durante los Juegos Olímpicos París 2024. Una de estas fue la ucraniana Yaroslava Mahuchikh.
Mientras Noah Lyles reafirmaba su dominio en los 100 metros con una marca personal de 9:79 segundos, la ucraniana Yaroslava Mahuchikh se consagraba como campeona olímpica en salto de altura, robando el espectáculo con su impresionante desempeño, en la jornada del 4 de agosto del 2024.
La espigada atleta de 22 años recibió su medalla de oro este 5 de agosto del 2024.
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Oro en los Juegos Olímpicos París 2024
Mahuchikh, que en julio de 2024 había batido el récord mundial de salto de altura en la Liga Diamante con 2,09 metros, volvió a deslumbrar en la final olímpica.
Aunque su marca en la final fue de 2,00 metros, suficiente para asegurar el oro, la ucraniana no dejó de intentar superar el listón en 2,04 metros, aunque sin éxito.
A pesar de no alcanzar esta altura, su victoria estaba asegurada desde que superó los dos metros, lo que le permitió disfrutar del momento en el podio de los Juegos Olímpicos París 2024.
Yaroslava Mahuchikh y sus siestas
Lo que más capturó la atención de los medios y el público fue el curioso ritual de Mahuchikh antes de la competencia.
La atleta, que ha encontrado refugio en Alemania tras huir de Ucrania debido al conflicto armado con Rusia, fue vista tomando una siesta en un saco de dormir, una práctica inusual en los Juegos Olímpicos.
Este método de descanso ha demostrado científicamente ser beneficioso para la reducción del estrés y mejora del rendimiento, y claramente, Mahuchikh lo utilizó a su favor.
El deporte y la paz
En una entrevista con Olympics.com, Mahuchikh subrayó la importancia de la paz y la unidad a través del deporte, destacando cómo los Juegos Olímpicos París 2024 reúnen a personas de todas partes del mundo, promoviendo la amabilidad y la solidaridad.
Su actuación en París no solo la consolidó como una de las grandes del salto de altura, sino que también sirvió como un poderoso símbolo de esperanza y resistencia.
“Por supuesto que todos quieren volver a casa. Hace poco hablé con mi hermana. Le dije que quería volver a casa, volver a la vida normal, vivir sin el sonido de las sirenas”, dijo a Olympics.com.