James Rodríguez del Real Madrid celebra su gol ante Atlético, el 19 de agosto de 2014. Foto: AFP
Comenzó en el banquillo, salió en el descanso y marcó un gol que puede valer un título: tras varios días rodeado de dudas, el colombiano James Rodríguez vivió el 19 de agosto un debut casi soñado delante de los aficionados del Real Madrid en el mítico estadio Santiago Bernabéu.
Era el minuto 80 cuando James recibió un balón suelto en el área y lo mandó a las redes en la ida de la Supercopa de España de fútbol ante el Atlético de Madrid. Justo cuando su equipo necesitaba oxígeno, apareció el recién fichado para reivindicar su figura, marcando el primer gol de un colombiano en la historia del Real Madrid.
El soñado debut se quedó en el casi porque cuando quedaban apenas dos minutos para el 90 apareció Raúl García para empatar el duelo 1-1 y dejar vivo el primer título del año en España hasta el viernes, cuando se disputará la vuelta en el Vicente Calderón.
“Es un día soñado y hoy se me ha dado a mí, estoy feliz porque pude marcar. Pero no estoy del todo feliz, queríamos ganar. Pero viene la revancha y tenemos que ir a ganar también”, señaló el atacante de 23 años en la madrugada del miércoles después de un partido que terminó cerca de la 01:00 hora local.
“El gol le dará confianza para el futuro”, admitió el entrenador del Real Madrid, el italiano Carlo Ancelotti, que aseguró que el colombiano se benefició del juego del Real Madrid en la segunda mitad. Tras marcar el gol, James se marchó a una esquina del césped y celebró su primer tanto en su nuevo estadio con las manos hacia el cielo, dedicándoselo a dios, al que tanto se refiere en sus apariencias públicas.
El tenista español Rafael Nadal festejaba en el palco con los puños cerrados casi como si hubiera ganado el último punto de un Grand Slam. El estadio era toda una fiesta, pero apenas equiparable a la victoria del Real Madrid sobre el Atlético en mayo por la final de la Champions.
En aquel partido no estuvo James. El colombiano, entonces jugador del Mónaco, vivió desde la lejanía el último gran triunfo blanco. Hoy empezó más cerca del campo, pero a la vez muy lejos: en el banquillo. Ancelotti apostó por Xabi Alonso, Luka Modric y el recién fichado Toni Kroos en el medio del campo y por Cristiano Ronaldo, Gareth Bale y Karim Benzema en la delantera.
Tras pasar algo desapercibido en la final de la Supercopa de Europa hace unos días y sin hueco en el once hoy, James vivió el primer tiempo en sudadera. Sin sudar y viendo cómo su equipo no podía superar al Atlético de Diego Simeone.
Unas molestias de Cristiano Ronaldo le abrieron la puerta. El delantero portugués se marchó en el descanso aquejado en la pierna izquierda y Ancelotti se decidió por James.
El colombiano, que llegó al Real Madrid por cerca de 80 millones de euros tras ser el máximo goleador del Mundial de Brasil, empezó el segundo tiempo en la banda derecha, pero poco participativo en el juego blanco.
En el minuto 80 llegó su gran oportunidad. El lateral Daniel Carvajal pasó la pelota a Benzema, cuyo disparó lo repelió Diego Godín, dejando el balón en los pies de James. El colombiano, que estuvo en la grada del Allianza Arena de Múnich viendo cómo el Real Madrid destrozaba al Bayern 4-0 en la vuelta de las semifinales de Champions, golpeó con la derecha, el balón rechazó en Cristian Ansaldi y terminó en las redes.
James, eufórico y con unas zapatillas con destellos dorados en conmemoración a la bota de oro del Mundial, se marchó a celebrarlo con la grada, pero Raúl García puso un “casi” a su debut soñado. El gol de James fue la culminación de una noche latina en el Bernabéu que comenzó con un homanaje al mítico hispano-argentino Alfredo di Stéfano y que continuó con una versión de los hinchas del Real Madrid del famoso cántico argentino “Brasil, decime qué se siente”.