130 adolescentes y jóvenes viven y se entrenan en el complejo de Chillo Jijón. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
En el camerino de la Nueva Olla, en Asunción, tras ganar la Copa Sudamericana, los dirigentes de Independiente del Valle (IDV) pidieron al grupo de jugadores que les ayuden a cumplir un objetivo inicialmente trazado por el ejemplar equipo de Sangolquí hace más de una década: ser campeones nacionales en Ecuador.
Cuando Independiente comenzó su camino por el fútbol de élite en el 2008, en el estadio de Rumiñahui colgaba un cartel con la leyenda: “futuro campeón de Ecuador”. Esa fue la meta inicial, pero el modelo del club se volvió tan exitoso que primero accedió a dos finales internacionales (2016 de la Libertadores y la Sudamericana 2019 en donde se proclamó vencedor) antes de levantar una copa local.
“Ese era nuestro lema inicial. Después vinieron otros, pero queremos ser campeones nacionales”, reconoció el gerente Santiago Morales.
Por su parte, el expresidente Michel Deller, en medio de los festejos, contó a los periodistas que les dijo a los jugadores que ahora van a buscar ganar el torneo local.
Sin embargo, el patriarca de Independiente reconoció el duro camino para levantar el torneo continental. “Ha sido un camino difícil. Ahora, queremos disfrutar estos días de lo que hemos logrado. Fue duro, fue un trabajo de mucho tiempo. Trabajo, trabajo y trabajo para lograr las metas”.
El equipo dispone de siete canchas reglamentarias para la formación de sus jugadores. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
Independiente es un modelo ejemplar que rinde frutos. Actualmente, 130 adolescentes y jóvenes conviven en una moderna concentración, en el sector de Chillo Jijón.
Los aspirantes a futbolistas profesionales sueñan con cumplir su objetivo de llegar a la élite. Pero, en Independiente, no solo pulen su técnica de juego y les preparan en la táctica. Un aspecto importante de su formación tiene que ver con sus estudios académicos.
Desde hace cinco años, el club deportivo cuenta con el colegio Independiente del Valle, del que ya han salido cinco generaciones de bachilleres. Los directivos repiten continuamente: no todos los jugadores que se forman en juveniles llegarán a ser profesionales. Por ello, la institución intenta darle herramientas para colaborar con su formación integral como seres humanos.
Los futbolistas reciben educación formal en el colegio Independiente del Valle. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
Campeones de la Copa Sudamericana como Washington Corozo, Anthony Landázuri, Joan López y el capitán Luis Fernando León terminaron sus estudios secundarios gracias al Independiente.
Lo de León es un caso especial y refleja el trabajo en formativas. Llegó a Chillo Jijón a las 16 años y es el canterano con más años en el club. Además, fue el único jugador de esta plantilla que también estuvo en el equipo que disputó la final de la Libertadores 2016. Por ello, su gol ante Colón en la final fue celebrado como un hecho simbólico: fue la culminación de un proceso exitoso.