La técnica es fundamental para avanzar con velocidad en el agua. La manera adecuada en que ingresa el brazo, la forma de mover la cabeza o la inclinación de los pies al patear hacen la diferencia cuando se trata de moverse en una piscina.
Para acercarse a esa perfección de movimientos, con la coordinación adecuada entre brazos, tronco y piernas, se necesitan años de práctica. Así lo confirmó Alberto Gómez, entrenador del Club Regatas de Quito.
El técnico cubano, radicado en el país desde 1996, maneja la siguiente tesis: triunfan los deportistas que pueden cumplir procesos largos. En dos, cuatro y hasta seis años, los nadadores de competencia alcanzan la resistencia para nadar entre 5 000 y 7 000 metros en cada entrenamiento.
Eso se logra con una variada repetición de movimientos con paletas, aletas, tablas, entre otros implementos. En los clubes de natación es común observar a los deportistas con una mochila para la ropa y otra para sus accesorios.
Las paletas, por ejemplo, ayudan a mejorar la técnica de la brazada. Incluso hay paletas especiales para ciertos estilos, como el de pecho. Así lo explicó Gabriela Muñoz, una exnadadora competitiva que administra el local Swim Sport , ubicado en la Gaspar de Villarroel y Abascal, en el norte capitalino.
Este local es el paraíso para los nadadores, pues allí encuentran desde el terno de baño más básico hasta aparatos de música que ahora acompañan los entrenamientos de los nadadores.
En la capital también hay otros lugares para adquirir implementos de natación ,como KAO Sport Center, Marathon Sports… La guayaquileña incluso representó al país en una cita sudamericana en Argentina y por eso es una apasionada de la natación.
Para ella, lo que un nadador debe llevar siempre consigo es un buen traje de baño, una gorra para que el cloro no dañe el cabello y unos lentes para proteger los ojos. Otros accesorios, como tapones para los oídos o la nariz son opcionales y dependen de cómo se sienta cómoda la persona.
Entre los nadadores de competencia también son apreciadas las ligas de entrenamientos, tanto las de tierra como las de agua. Con las de tierra se pueden trabajar, afuera del agua, los músculos que más se utilizan al nadar.
Para quienes empiezan a aprender a nadar son fundamentales los chorizos (van alrededor de la cintura para ayudar a flotar) y las tablas.