Fernando Ibáñez también incursiona en el jiu-jitsu. Abajo, en un entrenamiento con su hermano mayor, Roberto. Foto: Enrique pesantes/ El comercio.
El judo forma parte del ADN de la familia Ibáñez. Así lo destaca Fernando Ibáñez, guayaquileño que lleva 18 años practicando este deporte. Él es hijo de Fernando Ibáñez, exjudoca nacional, y hermano menor de Roberto Ibáñez, excampeón mundial de judo
Roberto también es su entrenador en la selección nacional de judo, desde hace tres años. Con él practica cuatro horas diarias en el gimnasio del Comité Olímpico Ecuatoriano.
Su afición por el mismo deporte los hace ser muy unidos dentro y fuera del tatami. Fernando aseguró que Roberto es muy duro como entrenador, no tiene contemplaciones a la hora de exigirle trabajo.
Ellos se iniciaron juntos en la disciplina deportiva. Cuando tenían 8 y 12 años acudieron a los cursos vacacionales
que se realizaban en el Centro Cívico (sur de Guayaquil). Ver los videos y kimonos de su papá los inspiró.
Con 11 años de edad, se convirtió en el primer campeón sudamericano de judo en el país. En ese momento supo que este deporte sería parte primordial de su vida.
Fernando considera a su hermano como su modelo a seguir. Roberto fue campeón de la Copa del Mundo de Brasil en el 2007 y participó en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008; la meta del menor de los Ibáñez es superar esos logros.
Para perfeccionar su estilo de combate, Fernando incursiona desde el 2011 en el jiu-jitsu. Él cree que este deporte le ayudará a mejorar sus agarres y fortalecer su técnica. A esta nueva disciplina le dedica una hora y media durante las noches.
Disfruta de escuchar hip-hop. Prefiere la música que lo mantenga despierto.
Su dieta varía dependiendo del peso con el que compita. Normalmente participa en los 75 kilogramos y su alimentación consiste en pastas, frutas y proteínas; cuando debe pelar en pesos más bajos, las ensaladas y las frutas secas son parte de su menú.
Por ahora no está estudiando. Él cursaba el tercer año de Educación Física, pero decidió retirarse; las participaciones internacionales que conllevan la práctica del judo no le permitieron culminar la carrera.
Cuando no está practicando deportes de combate gusta de hacer crossfit. Esto le ayuda a mantener su buen estado físico y le otorga resistencia.
Es amante de la playa. Cuando está de vacaciones, viaja a Villamil, Salinas y Montañita, sus balnearios preferidos.
El hermano reservado
Roberto comentó que Fernando siempre fue el más tranquilo de los dos. El menor de los Ibáñez es siempre reservado, casi no gasta bromas.
Eso hace más fáciles los entrenamientos. Nunca ha cuestionado sus órdenes ni ha intentado sacar provecho de su condición fraterna, durante las prácticas. Roberto califica a su hermano como un joven disciplinado, con la capacidad para aprender rápido.