Joaquín López (izq.) y Felipe Munchmeyer, de Terra Aventura, en un entrenamiento. Foto: Paúl Rivas/EL COMERCIO
Joaquín López empezó a tener alucinaciones mientras navegaba en un remo por el río Shoalhaven, al sureste de Australia, en noviembre del año pasado. “Estábamos en el río y rodeados de selva, pero yo empecé a ver hospitales”, cuenta el ecuatoriano, de 24 años, que se dedica a los deportes extremos.
En ese momento, competía con sus compañeros Felipe Munchmeyer, Gonzalo Espinosa y Victoria Calisto en la prueba de kayak del Mundial de Aventura, de Australia. Ellos habían cubierto cerca de 100 kilómetros de trayecto de la prueba sobre el río y empezaban a sentir el cansancio.
López atribuye sus alucinaciones al agotamiento. “¡Esa prueba te deja con unos dolores de brazo brutales!”, dice y suelta carcajadas tras una práctica en el parque La Carolina, uno de los sitios en los que se prepara habitualmente junto con sus compañeros para competencias extenuantes.
En Australia, su equipo (Terra Aventura) finalmente terminó los 627 kilómetros totales de la lid en 129 horas. Para lograrlo, los aventureros durmieron solo 9 horas y media, durante los cinco días de su participación. El grupo ecuatoriano se ubicó en el puesto 30 y fue el segundo mejor latinoamericano.
Además del kayak, el Mundial incluyó las disciplinas de ciclismo de montaña, trekking y remo por Shoalhaven. Estas modalidades son las más comunes en las competencias de aventura alrededor del mundo. El Huairasinchi es uno de estos torneos. Este año volverá al Ecuador, entre el 27 de abril y el 4 de mayo, en una ruta aún desconocida. El año pasado se realizó en Colombia.
Los organizadores revelarán el trayecto un día antes de la partida para evitar que los deportistas tomen ventajas, explican los organizadores.
Terra Aventura y otras agrupaciones de Ecuador se preparan para este torneo. El Huairasinchi espera reunir a 40 equipos para dos categorías: élite (de 400 kilómetros) y aventura (160 km).
Munchmeyer sugiere que los experimentados participen en la división élite. Asegura que no basta con que el atleta se destaque en solo una de las disciplinas. “Se requieren destrezas físicas y mentales”.
El quiteño, de 26 años, recalca que existen otros factores que pueden estropear la llegada a la meta. Uno de estos contratiempos -advierte- es un accidente o la falta de trabajo en grupo por un objetivo.
Recuerda, por ejemplo, que en el Huairasinchi, de hace cuatro años, uno de sus compañeros se resbaló y no pudo completar el trayecto establecido. Esto originó la descalificación de su agrupación, pese a que el deportista y sus dos compañeros lograron terminar la competencia.
Por ello, insiste en que los atletas deben estar preparados para cometer la menor cantidad de errores y a situaciones extremas como las alucinaciones que sufrió su compañero.
Estas pruebas exigen una alta preparación física y mental puesto que los deportistas deben descubrir los puntos de enlace durante el recorrido, asegura Rodolfo Peralta, director del Huairasinchi.
Para transitar las rutas y encontrar los puntos de enlace, los aventureros utilizarán un mapa y una brújula en el Huairasinchi. En caso de que usen el GPS serán descalificados.
Martín Sáenz, de 37 años y capitán del Movistar Aventura Team (que también intervendrá en el certamen), explica que los deportistas adaptan su cuerpo antes de una prueba de este nivel.
Él, por ejemplo, se alista para dormir apenas cuatro horas diarias durante el Huairasinchi, en las transiciones de una prueba a otra.
Sáenz suma nueve participaciones en el Huairasinchi, que cumplirá su edición 14.