Adolf Hitler no tiene nada que ver con Deportivo Quito. Tampoco con Hillary Clinton, el grupo Metallica ni las Zucaritas de Kellog’s. Excepto por algo: todos han terminado en parodias con la famosa escena Hitler teniendo una rabieta en su búnker berlinés.
La dirigencia de Deportivo Quito pedirá mañana, en la Ecuafútbol, una sanción para Liga debido a un video exhibido en el estadio Casa Blanca, el sábado 12 de marzo, en el entretiempo del cotejo entre la ‘U’ y Espoli.
En ese video, aparece Hitler como directivo del Quito, quejándose de los fracasos del equipo chulla. Al presidente del equipo, Fernando Mantilla, no le gustó.
Se trata de una nueva broma (si es de mal gusto es otro asunto, que no se dilucidará aquí) de las tantas que se han hecho con base en la película ‘El hundimiento’, del 2004, que narra los últimos días del Tercer Reich.
No es cualquier película. Dirigida por Oliver Hirschbiegel, generó gran controversia: fue la primera vez que un alemán se atrevía a filmar sobre Hitler, quien gobernó Alemania desde 1933, ordenó la muerte de seis millones de judíos y llevó al país a la Segunda Guerra Mundial.
Nominada al Oscar para filmes en idioma no inglés, fue criticada por mostrar a un Hitler muy sensible, caballeroso con sus secretarias, amoroso con su perro y atento con su amante, Eva Braun.
La escena en concreto ha llamado la atención porque representa, entre otras ideas, la estupidez de Hitler. En el filme, el actor Bruno Ganz representa magistralmente al tirano. Primero, planificando con la suficiencia de un Napoleón Bonaparte las batallas, pero con tropas que no existen, tanques destruidos y con generales que ya estaban muertos o entregados al enemigo.
Por fin, alguien se atreve a decirle al ‘Fuher’ que es imposible obedecerle. Entonces Hitler monta en cólera e insulta a sus fieles.
Desde entonces, esta escena ha servido para reírse de aquellos que dicen hacer bien las cosas, pero que luego enfrentan la realidad del fracaso. El truco es mostrar al actor Bruno Ganz pero con los subtítulos alterados.
En un montaje, Hillary Clinton aparece armando un berrinche porque Barack Obama le ganó en las primarias. La ineptitud de los Kirchner también ha sido reflejada. Los apagones de Ecuador también tuvieron su parte, así como el cierre de la fábrica de Kellog’s en Guatemala, el alza arbitraria de las entradas para ver a Metallica en Caracas y hasta el cobro de impuestos en Colombia.
Incluso la incapacidad de Hitler para jugar PlayStation ha sido parodiada con esa escena.
El mundo de los deportes no podía faltar. Ese video ha sido utilizado por hinchas de Barcelona, Deportivo Cuenca y el propio Deportivo Quito para burlarse de sus rivales. En el exterior, los fans de Manchester United lo usaron.
Por supuesto, a nadie le gusta que lo comparen con Hitler, así sea una broma. Mantilla anunció que llevará la queja y el pedido de sanción a la FIFA, organismo que prohíbe las imágenes de las figuras monstruosas de la historia en los estadios y eventos oficiales.
Las parodias sobre el nazismo siempre generaron controversia, en especial en el cine. El primero fue el británico Charles Chaplin, quien en ‘El gran dictador’ (1940, en plena Segunda Guerra Mundial) se burla de Hitler.
Después, Chaplin dijo que, de haber conocido a fondo la matanza nazi en contra de los judíos, no habría parodiado a Hilter.
El director judío Dany Levy quiso ser el primer alemán en filmar una parodia de Hitler, pero su ‘Mi Fuhrer’, del 2007, generó debate en toda Europa.
Para el escritor judío Ralph Giordano, literalmente le ‘revolvía el estómago’ asociar a Hitler con el humor. Pero el actor germano-turco Serdar Somuncu, opuesto a la censura, expresó: “No necesitamos ninguna policía que vele sobre la corrección de los chistes; prefiero que la gente se ría de Hitler a que lo olviden”.
Lo que es seguro es que los directivos de Liga y del Quito, por culpa de una broma sin sentido, no lo olvidarán nunca.