La libertad es poder realizar cualquier tipo de actividad sin ninguna restricción, pero respetando a las personas, a la naturaleza, a todos los seres vivos. Pero todo esto siempre debe estar dentro de una buena moral. Me siento libre porque gracias a Dios trabajo en la actividad que más me gusta que es el squash. Hice de mi actividad una profesión y lo disfruto mucho. En 17 años como entrenador he tenido grandes satisfacciones en lo deportivo y en lo personal. Me da mucho gusto poder enseñarle algo nuevo a un niño. Luego, cuando ese niño gana su primer partido y me abraza, y me dice ‘gracias profe’, eso es realmente gratificante. Saber que pude hacer algo por alguien me produce una profunda alegría. Esas son las recompensas que realmente importan y valen más que una paga o un sueldo. En esos momentos me siento libre. Claro, en la vida no siempre se puede realizar todo lo que se pretende. Pero nada de eso impide que me sienta libre. También me gusta estar en casa, ver una buena película con mi esposa y pasar con mi familia.