El seleccionado de Cañar, Jair Reyes, en uno de los entrenamientos en La Troncal. Foto: cortesía de Jair Reyes
Soñó con ser futbolista y terminó como pesista. Dejó las canchas de fútbol, pero mantiene su afición por Barcelona Sporting Club, que lo delata públicamente en su muro de Facebook: Jair Reyes BSC.
Hace cuatro años, llegó al estadio de La Troncal con la idea de jugar fútbol con sus amigos y al no cumplir ese propósito visitó el gimnasio de levantamiento de pesas. Observó las prácticas, le gustó y preguntó al técnico Alexi Galarza si podía entrenarse. Recibió una respuesta afirmativa y allí empezó otra historia.
La buena predisposición del estratega riosense fue clave para su incursión en las pesas, porque desde el inicio lo recibió con aprecio y sin poner ninguna condición. Se suma el apoyo incondicional de su madre, Alexandra Reyes Vidal, quien es esmeraldeña e hincha de Liga de Quito.
Hace dos semanas, en el Nacional Juvenil de Levantamiento de Pesas con sede en Portoviejo, Jair levantó 115 kilos en arranque y 141 kilos en envión. Con esas marcas sumó tres medallas de oro y fue nominado como el mejor deportista del campeonato.
Ese galardón no es nuevo para el pesista de 17 años, puesto que en la categoría prejuvenil también acumuló tres preseas doradas y fue el mejor del certamen. En ese entonces se clasificó para el Mundial en Tailandia y no pudo ir por falta de recursos. Ahora está clasificado al Panamericano en Cuba y espera se concrete su viaje.
El 2016 se estrenó fuera del país con motivo del Sudamericano Prejuvenil de Pesas, que se realizó en Santa Cruz, Bolivia. Allí se proclamó campeón en la categoría de 61 kilos. Por ahora, su progenitora es quien cubre la mayor parte de los gastos de preparación.
En la actualidad se entrena en una sola jornada: de 14:00 a 16:00, puesto que su progenitora decidió vivir en El Triunfo. Desde allí se traslada al estadio de La Troncal para su preparación con miras a los futuros certámenes nacionales e internacionales.
Debido al cambio de residencia y por asuntos familiares, el halterista dejó de estudiar. Tiene aprobado hasta décimo de básica en el colegio Froilán Navas de la Troncal.
Su principal referente en el deporte es la pesista esmeraldeña Alexandra Escobar, poseedora de medallas mundiales, panamericanas y sudamericanas. “Es algo asombroso que, a su edad (38 años), siga entrenándose y logrando grandes triunfos para Ecuador. Por eso soy su admirador”.
Se siente orgulloso de contar con su amistad, porque cuando se ven en los torneos siempre lo está motivando.
Según Galarza, su dirigido es un joven carismático y sociable con todos sus compañeros, que cumple con las exigencias diarias del entrenamiento. “Es aguerrido y con muchas ganas de salir adelante, se entrega por completo a las competencias”. Por ello, es campeón nacional en las categorías infantil, prejuvenil y juvenil.
El estratega se ha propuesto convertirlo en un campeón mundial y olímpico, pero está consciente que todo dependerá del deportista y del apoyo económico que reciba para sus competencias internacionales. “Él no asistió al Mundial en Tailandia porque no había dinero para su viaje”.
Por las cualidades de su dirigido, reitera, “mis proyecciones son preparar a Jair para unos Juegos Olímpicos, pero debe ir paso a paso, debe seguir un proceso, ojalá pueda ir al Panamericano en Cuba”. Allí tendrá como principales adversarios a los seleccionados de Colombia, México y Cuba.
A escala nacional, sus adversarios a vencer son pesistas de Guayas y Pichincha. Sin embargo, en el último Nacional Juvenil superó a los seleccionados de Santo Domingo de los Tsáchilas y Santa Elena para definir las medallas. Pese a su edad, también ha competido en la categoría sénior.
El pesista nacido en Esmeraldas y radicado desde niño en Cañar, confía en contar con el apoyo necesario para el Panamericano en Cuba. En cuanto al equipo de sus amores, sugiere dar más oportunidades a los jóvenes porque los futbolistas experimentados “priorizan el tema económico”.
Jair Abimele, quien lleva el apellido de su progenitora, confiesa ser hincha de Barcelona Sporting Club desde niño y que incluso el arquero Máximo Banguera es un familiar lejano. Con precisión recuerda que, en el 2012, su padrastro lo llevó al estadio Monumental de Guayaquil para un clásico del Astillero.