Los representantes de las nacionalidades y pueblos indígena sde la Sierra desfilaron por las calles de Otavalo. Foto CORTESIA de la Liga Cantonal de Otavalo.
Los representantes del Pueblo Guaranka se coronaron campeones de los VIII Juegos Autóctonos, Populares y Tradicionales del Ecuador, desarrollados del 9 al 11 de noviembre.
Los indígenas que viven en los territorios de la provincia de Bolívar se impusieron a los delegados de otros 13 pueblos y nacionalidades indígenas de la región Interandina.
Los pueblos de Saraguro y Otavalo se ubicaron en segundo y tercer lugar, en ese orden. Mientras que Cotacachi y Pilahuín compartieron el cuarto puesto.
“El encuentro de los representantes de los pueblos y nacionalidades no fue competitivo sino de compartir experiencias y confraternizar. Además de fortalecer estas actividades que practicaban nuestros antepasados”, aseguró la representante del pueblo Salasaka, Martha Chango.
Las competencias se desarrollaron en las instalaciones de la Liga Cantonal de Otavalo, en la comunidad de Peguche y en el Parque Acuático de San Pablo del Lago.
El torneo reunió a 260 delegados de los pueblos y nacionalidades, representantes de la Secretaria del Deporte y autoridades locales. Una de las reglas de los juegos era que los equipos deben estar conformados por un hombre y una mujer en representación de la dualidad andina.
Chango indicó que la delegación de Salasaka participó en todas las competencias, pero se impusieron en el concurso de la rueda y mishana.
La habilidad de Jorge Jerez permitió imponerse sobre las otras delegaciones en un reñido concurso, donde recorrieron alrededor de 200 metros en las calles de la comunidad de Peguche. El juego consistió en empujar una rueda de llanta de auto con un carrizo.
“Más que ganar, el propósito fue compartir y recuperar los juegos con los asistentes. Hay que ser hábil para empujar la rueda”, aseguró Jerez.
Salasaka ocupó el segundo lugar en los juegos de los caballitos de totora y la pelada de papas. El ganador de esta última prueba es el que acaba primero con la cáscara fina del tubérculo. Las indígenas de Salasaka juegan en las celebraciones del Kuya Raymi o Fiesta de la Siembra.
“Hay que mover la mano con la papa y el cuchillo de manera sincronizada y ahí sale la cáscara fina”, indicó Kury Antonino Mazaquiza.
Otra de las competencias en juegos tradicionales fue el corte de leña con hacha y el palo ensebado. Los representantes del pueblo Pilahuín no tuvieron suerte con el hacha.
Alejandro Tamaquisa, presidente de la Junta Parroquial de Pilahuín, contó que el participante de Ambato se puso nervioso y no logró acabar de cortar la leña rápido.
“Nos fuimos a divertir y a confraternizar con los compañeros de otras comunidades. Además de conocer otros juegos que no se hacen en la Sierra Centro como los tienen los pueblos del norte”, indicó Tamaquisa.
Por ejemplo, como parte de la tradición del pueblo Kichwa Otavalo se juega al maíz quemado. Este se practica durante los velatorios, cuando una persona ha fallecido.
Para ello se utilizan 10 granos de maíz, que tiene uno de sus lados quemados. Los participantes deben lanzar los granos al aire. Gana el que logra que más granos de maíz con el lado negro queden hacia arriba.
En la categoría juegos ancestrales está la vaca loca, el juego de las tortas, la rayuela, la cuchara con el huevo, los ensacados y la trepada del árbol.
Asimismo la carrera de los cuyes, de sambos y el chasqui. Entre los juegos grupales estuvieron el fútbol, básquet e indorfútbol.
Para la realización de estos juegos, la Secretaría de Deportes entregó USD 45 000. El dinero fue invertido en la alimentación, vestimenta y estadía de los participantes.
Marco Ruiz, comunicador de la Liga Cantonal de Otavalo, indicó que los juegos se complementaron con una noche intercultural y la elección de la Ñusta del evento. La designación recayó en la representante del pueblo Puruhá.
En la agenda también están los juegos del pueblo Montuvio, que terminan hoy. Después seguirán los del pueblo Afroecuatoriano, del 23 al 25 de noviembre. Los últimos son los del pueblo Cholo, del 30 de noviembre al 2 de diciembre.