La atleta imbabureña Glenda Morejón con sus padres y amigos antes de empezar la caravana motorizada que finalizó en Ibarra. Foto: Francisco Espinoza para EL COMERCIO
El triunfo de la ibarreña Glenda Morejón, campeona mundial de marcha Sub 18, contagió a sus compañeros de la Escuela de Atletismo Tarquino Jaramillo y a las autoridades de Imbabura, quienes esperaron a la deportista en la frontera con la provincia de Pichincha. Desde allí se realizó una caravana motorizada que llegó hasta Ibarra, este 19 de julio.
En el vehículo que la trasladó le acompañaban sus padres, deportistas y su entrenador, Geovan Delgado. El técnico nacido en Guayaquil e ibarreño de corazón, recibió la victoria de su pupila, a la que forma desde que tenía 7 años, con una mezcla de alegría y nostalgia. “En la Escuela de Atletismo, que no es jurídica, tengo 25 chicos. No tenemos indumentaria ni nutrición ni la hidratación necesarias. Mientras los atletas de élite utilizan gel hidratante, nosotros agua de la llave con panela”.
Para las prácticas han tenido que adaptarse a escenarios, como los parques Ciudad Blanca y Pilanquí, la pista de la laguna de Yahuarcocha y la loma de Guayabillas. Delgado es el entrenador y coordinador de la escuela. No cobra un centavo por su trabajo como entrenador. En la mañana y tarde se desempeña como profesor de educación física en una institución educativa fiscal.
Uno de los requisitos para entrenar con Delgado es que los deportistas estudien. “El deporte es ingrato. Mañana se olvidan de los campeones, es por eso que deben asegurar su futuro con una profesión”.
A pesar de las limitaciones, como la falta de zapatos en buen estado, Glenda demostró que es posible superar los obstáculos. En su último viaje llevó USD 70 de sus ahorros.
Glenda Morejón, campeona mundial de marcha en la categoría Sub 18, este 19 de julio. Foto: Francisco Espinoza para EL COMERCIO
El apoyo de la familia
Luis Aníbal Morejón, padre de Glenda, no ha podido ver en persona los mayores triunfos de su hija. No pudo acompañarla al Campeonato Nacional de Marcha, que se realizó en Sucúa (Morona Santiago), en abril último, en donde obtuvo el pase al Mundial de Nairobi, Kenia. La falta de dinero impidió el viaje.
Su progenitor, profesor de educación básica, que actualmente no está empleado, se ha dedicado a tiempo completo a seguir los pasos de la andarina imbabureña. Su madre, María del Carmen Quiñones, labora en el mercado 24 de Mayo, de Otavalo, en donde vende frutas. Glenda es la quinta de seis hijos de la pareja.
“Me levanto a las 04:00 a prepararle el desayuno. Cuando llega del colegio le tengo listo el almuerzo. Le encanta el pollo apanado”. Así detalla su día el progenitor.
Desde las 02:00 del sábado último (hora de Ecuador), 10:00 en Kenia, en que inició la competencia de 5 km marcha, la cotidianidad de la familia de la atleta, se alteró. Eso a pesar que no es su primer logro deportivo internacional. En su palmarés tiene tres coronas sudamericanas y una panamericana. Además, ha impuesto marcas nacionales en 5 km, en tres categorías diferentes.
La mañana de ayer toda la familia se alistaba para el recibimiento de la campeona, de 17 años de edad, que retornaba a casa. Su madre no acudió al centro de expendio.
En la casa de la familia Morejón-Quiñones, en el populoso barrio La Bola Amarilla, de Ibarra, hubo un ajetreo. Sus hermanos, tíos, primos… correteaban de un lugar a otro.
En una de las paredes resalta un cartel, elaborado en una cartulina negra. Con letras de tiza blanca, Kimberly Revelo, su compañera de equipo, dos veces campeona sudamericana, escribió: “Buen viaje. Número 1 GM. Que Dios te acompañe y proteja siempre. Word U 18 Champions Nairobi 2017”. Junto al mensaje, que Glenda pegó en la pared antes del viaje, hay 40 medallas, la mayoría doradas.
Mientras tanto, Luis Morejón no pierde la esperanza de ver a su hija en vivo cruzar una meta más. Confiesa que quiere escribir un libro sobre los triunfos de su Glenda.