El gimnasio tradicional se renueva

Estefanía Escalares calienta los músculos sobre una bicicleta estática, en el gimnasio del Centro Municipal, en el norte de Quito. A la izq. Cristian Almeida sostiene una barra de metal. jenny navarro/ el comercio

Estefanía Escalares calienta los músculos sobre una bicicleta estática, en el gimnasio del Centro Municipal, en el norte de Quito. A la izq. Cristian Almeida sostiene una barra de metal. jenny navarro/ el comercio

Así como la tecnología evoluciona día a día, los gimnasios tradicionales también se renuevan. Lo hacen para atraer a más público y para que sus seguidores no los abandonen por ir detrás de nuevas tendencias.

Los gimnasios de 'siempre', donde sobre todo hay decenas de mancuernas y aparatos de hierro, en la actualidad ofrecen clases de aeróbicos, cycling y trabajo cardiovascular.

Frente a esa variedad, las personas seleccionan la actividad que más les divierte o la que más se adapta a sus necesidades. Algunas mujeres y personas que superan los 45 años, generalmente, asisten a clases de bailoterapia.

Esa actividad, confiesa Marlene Cadena, la libera del estrés y de esas "libritas" extras que se acumulan en la cintura, y a los costados de las costillas.

El baile también les otorga un mejor estado físico. Cadena, de 42 años, adaptó las clases de baile como preparación para sus competencias pedestres. "Y me ha ido muy bien".

Los hombres y mujeres más jóvenes, en cambio, se aferran a las pesas. Pero no es una regla general, aclara Cristian Almeida, instructor, ya que también asisten a sus clases personas de la tercera edad.

Los deportistas que dedican su tiempo a levantar las mancuernas de acero lo hacen para definir, tonificar y/o aumentar la masa muscular.

Para lograr el cuerpo de Hulk es importante combinar el ejercicio con una dieta especial, donde primen la proteína y los carbohidratos. De dar consejos nutritivos también se encargan las personas que administran esos gimnasios, a través de una nutricionista.

En los denominados centros de ejercitación tradicionales los hombres prefieren trabajar el pecho, los brazos, hombros y espalda. Las mujeres buscan perfeccionar la apariencia de sus brazos, glúteos y piernas.

Al inicio, las damas trabajan con pesos bajos, después y con la guía de un instructor, incrementan más kilogramos.

El peso aumenta el volumen del músculo. Así lo asegura Almeida. Cuando se trata solo de definirlos, el trabajo consiste en realizar más repeticiones con un mínimo de peso e incluso con solo la barra en la que se colocan las pesas.

Cualquiera que sea la disciplina que elija practicar es necesario calentar y estirar los músculos. De 10 a 15 minutos basta para que el cuerpo entre en calor y no se lesione durante el entrenamiento.

Los minutos de calentamiento se pueden realizar sobre la caminadora o bicicleta. En esos dos aparatos los deportistas también pueden trabajar la parte cardiovascular, indispensable para competir en pedestres o para soportar los 90 minutos que dura un cotejo de fútbol.

Los expertos recomiendan trabajar de 45 a 60 minutos, mínimo, tres días a la semana, Con un menor tiempo no logrará quemar las calorías que consume durante el desayuno, almuerzo y merienda.

Con constancia y disciplina verá los resultados en dos meses, caso contrario, necesitará más tiempo para lograr la meta trazada a inicios de año.

En los gimnasios tradicionales el trabajo se divide por días y dependiendo de las necesidades del deportista.

Un lunes, por ejemplo, los deportistas se dedicarán a ejercitar las piernas; el martes trabajarán el tronco superior; y así sucesivamente. Recomiendan los entrenadores no exceder la permanencia en el gimnasio, tampoco el peso.

Asimismo, recomiendan trabajar la zona de la cintura a diario. En ese lugar suele acumularse la mayor cantidad grasa. Y desaparecer los 'rollitos' toma tiempo. Esa acumulación de grasa se elimina realizando abdominales, de 300 a 500 diarios, en promedio.

Antes de empezar con el entrenamiento los deportistas deben someterse a una prueba física, es importante también que cuenten al instructor lesiones o cirugías pasadas.

Una persona que tenga problemas en sus rodillas, por ejemplo, no podrá hacer ejercicios que le generen impacto en la zona afectada.

Un gimnasio que no brinda consejos de nutrición y que no controle su progreso, simplemente no ofrece la garantía que usted necesita para, sobre todo, evitar lesiones.

Recuerde que después de practicar cualquier disciplina deportiva es necesario estirar los músculos. Con 10 o 15 minutos evitará dolores al día siguiente y podrá continuar con su entrenamiento.

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