La tecnología, aplicada a todos los campos, avanza a un ritmo vertiginoso y la industria automovilística no es la excepción. Así lo demuestran constantemente las novedades que se presentan en los múltiples ‘auto shows’ que cada año se llevan a cabo en diferentes lugares del planeta, y que dejan boquiabiertos a los visitantes ante el nivel de sofisticación de los nuevos sistemas.
Apenas estamos en la mitad de enero y tanto el CES de Las Vegas (sin ser una muestra automovilística) y el Salón de Detroit han indicado las pautas más recientes de hacia dónde se dirigirá la movilidad motorizada en los próximos años.
Autos eléctricos con autonomía extendida, conducción autónoma mediante reconocimiento de señales de tránsito e interacción con otros vehículos, sistemas de reconocimiento facial para activación de funciones, etc., aún se ven como una realidad lejana, pero llegará el día en que sean tan o más comunes que los actuales sistemas de comunicación vía bluetooth, navegadores GPS, sensores de parqueo, cámaras de reversa, entre otros.
Pero además del confort, las nuevas tecnologías deberían lograr los niveles de seguridad que el control humano no ha alcanzado.