Los jugadores de la Universidad Católica concentrados en el centro de la cancha del estadio Atahualpa en uno de los partidos de la LigaPro. Foto: Cortesía de la Católica
El DT Santiago Escobar se reunió con el sicólogo Juan Hermoza a inicios del 2018 y le dejó en claro las aspiraciones que tenía respecto a su trabajo. Para ‘Sachi’, el factor humano es fundamental en el día a día del trabajo.
El rendimiento de un futbolista es la consecuencia de lo que vive, de lo que siente, de lo que está pasando a su alrededor, de sus inquietudes y motivaciones.
Hermoza ya trabajaba en el club con las juveniles, pero con Escobar fue promovido al plantel de Primera. Todas las semanas, como parte de sus funciones, realiza un entrenamiento mental con los jugadores. “Es un trabajo cognitivo que realizamos los jueves o viernes. Una vez por semana abordamos temas como la inteligencia emocional, la toma de decisiones, cómo mejorar la atención”, cuenta el profesional, con evidente entusiasmo.
Los sicólogos suelen ser vistos como cuerpos extraños en los equipos de fútbol. Sin embargo, Hermoza supo ganarse la confianza del grupo. “Lo importante era entender el objetivo, la meta que tiene cada futbolista y ayudarlo desde la parte sicológica a lograrla”, cuenta el especialista.
El entrenamiento mental ya era parte de la cotidianidad de los jugadores del ‘Trencito Azul’ cuando llegó la pandemia del coronavirus. El 16 de marzo, los jugadores recibieron la notificación del club para quedarse en casa y realizar sus entrenamientos, tras no haber podido jugar el día anterior el partido ante Emelec, por la quinta fecha.
La inusual situación por la que atravesaba el mundo por el mortal avance del covid-19 empezó a alterar la psiquis de los deportistas. Por ello, según cuenta ‘Sachi’ Escobar, desde la segunda semana de trabajo pidió al sicólogo que comenzase a preparar material y buscar especialistas para elevar la moral del equipo. Además, debía estar pendiente de los requerimientos e inquietudes de los jugadores: conversar con ellos respecto a sus temores y ansiedades.
“Todos los días nos entrenábamos usando la plataforma Zoom con los muchachos y dejábamos un tiempo para que ellos hablen entre ellos. Para que se vean, para que bromeen, para que se digan que se extrañan. El tiempo sirvió para que todos valoremos nuestro club, nuestro lugar de trabajo y la cotidianidad”, reflexiona el entrenador Escobar.
En el confinamiento, los jugadores recibieron charlas sobre los períodos de desentrenamiento y cómo minimizar sus efectos en tiempos de covid-19, con el médico colombiano Christian Quiceno; sobre el renacer y la resiliencia en el deportista de alto rendimiento, con el consultor Antonio Mendoza, y cómo alimentarse adecuadamente, con la nutricionista del club, Fabiana Corobo.
Los futbolistas además vieron la obra de teatro ‘Manual de uso para padres en cuarentena’, con los actores Catalina Gómez y José Pacheco, y el testimonio de vida del equipo FulAcolite .“Además, siempre nos envían videos de motivación. Para ‘Sachi’ y su equipo, la parte sicológica es tan importante como la futbolística”, dice el capitán Facundo Martínez.
Las terapias individuales también fueron de ayuda durante la crisis. El golero Hernán Galíndez, por ejemplo, tuvo episodios de ansiedad durante el confinamiento, etapa en la que fue padre por segunda vez. Andrés Oña, volante, también recurrió al sicólogo en pos de ayuda para entender el proceso y ser un bastión para su familia en la crisis.
Hermoza dice que ahora en el equipo hay dos grandes inquietudes: la incertidumbre de saber cuándo se reinicia el torneo y el temor de un posible contagio. Hay diálogos permanentes. En Católica, se entrena el cuerpo y la mente.