El inglés Howard Webb, elegido por la FIFA para pitar la final de la Copa del Mundo entre España y Holanda, se declaró ayer “muy orgulloso” de cumplir el sueño de todo árbitro y desea que al final “no se hable de los árbitros sino del excelente partido”.
Con una imagen distendida delante de la prensa, Webb prometió “hacer todo lo que sea necesario” en el estadio Soccer City de Johannesburgo para que se vea un buen encuentro.
“Esperamos que la atención de quienes estén en el estadio y de quienes miren el partido por televisión en todo el mundo esté en los jugadores, porque ellos son los actores principales y no los árbitros”, dijo Webb.
“Nos preocupa cuando las cosas van mal en el campo de juego debido a una decisión importante del árbitro. Nuestra ambición es tener el control total del partido”, agregó.
Webb, quien el próximo miércoles cumplirá 39 años, aseguró que para él y sus asistentes, Darren Cann y Mike Mullarkey, dirigir la final del Mundial es “un honor y un privilegio”. “Estaremos muy orgullosos de mostrar la calidad de los árbitros ingleses”, indicó.
El juez británico también se refirió a algunas críticas lanzadas desde España, tras su desempeño en el partido entre Suiza y el país ibérico, que acabó con victoria helvética por 1-0, en el segundo encuentro del grupo H.
“Fue un partido limpio, no tuvimos dificultades con ninguna de las dos selecciones. Y los dos finalistas son equipos ‘fair-play’, tienen buena reputación y tuvieron pocos problemas disciplinarios en el transcurso del certamen”, declaró el colegiado.
“Siempre habrá comentarios sobre nuestras decisiones, pero estamos acostumbrados. No siempre nos gusta, pero entendemos el mundo en el que vivimos”, explicó.
Webb, sucesor del argentino Horacio Elizondo al pitar en la final, también hizo un repaso del desempeño de sus colegas a lo largo del certamen de Sudáfrica 2010.
“Hay que subrayar la gran cantidad de decisiones correctas (96% según un estudio de la FIFA)”, aclaró.
“No se puede saber si un error cambia un partido, y no lo sabremos jamás, es imposible. Podemos simplemente asumir si cometemos un error, pero francamente, hubo muy pocos. Los dos mejores equipos llegaron a la final y no lo deben a una decisión de arbitraje”, fue el comentario de Webb.
Su designación aseguró la presencia inglesa en la final, aunque Webb reconoce que “no era lo que la gente en Inglaterra realmente quería ver”.
“Como hinchas estamos desilusionados, pero muy felices de llegar tan lejos nosotros (la terna arbitral inglesa)”.
A Webb, ex sargento de la Policía de su país, también se le encargó la responsabilidad de arbitrar en mayo la final de la Liga de Campeones, entre el Inter de Milán y el Bayern Munich. Pero el juez no cree posible comparar ese evento con la final del Mundial.
“Esto es mejor porque una final de una Copa del Mundo solo se juega cada cuatro años”, aseguró.
Jack Taylor fue el último inglés que dirigió el partido por el título en un Mundial, hace 36 años en Alemania.