Mabel Velarde no utiliza maquillaje, pero luce radiante. Su sonrisa y un lunar en el costado derecho de su boca se destacan en su rostro.
A la joven de 23 años no le gusta utilizar pinturas para maquillarse. Solo prefiere pintar sus uñas. Ella no invierte el tiempo en escoger el tono de sombras o el color de un labial. Desde niña optó por evaluar la calidad de un balón, antes que el de un ‘pintalabios’.
Mabel tuvo su primer contacto con una pelota de fútbol al año de edad. Así lo recuerda su madre María del Pilar. Rememora que su hija se cayó del andador por ir detrás del balón.
Tampoco olvida la ocasión en la que Mabel lloró al ser elegida madrina del equipo en la escuela. ¡Yo quería jugar!, dice Mabel, que hoy se recupera de una lesión en su pierna izquierda.
El 21 de septiembre del 2011 sufrió la rotura del ligamento cruzado anterior, el menisco y el ligamento interno en una práctica. “Recuerdo el día porque la primavera iniciaba en Argentina”.
Mabel, ex seleccionada ecuatoriana, viajó al país gaucho con el propósito de convertirse en jugadora profesional. El DT Wladimir López la contactó con Marcela Lesich, DT de Boca Juniors.
Mabel conoció a López cuando se vinculó a la selección de la Universidad San Francisco. Lo hizo a los 21 años, tras probar suerte en San Diego, California.
La jugadora, nacida el 4 de diciembre, jugó en Boca Juniors dos meses. Luego, la lesión le obligó a volver a Ecuador para recuperarse con el apoyo de sus familiares.
Lucir la camiseta de Boca le permitió cumplir un sueño personal. Esto porque en el club no tuvo un contrato fijo o recibió dinero. En ese equipo, solo existía la posibilidad de que algún empresario la ubicara en algún equipo.
En Buenos Aires, también estudió dirección técnica, una carrera que la empezó en Southeast Missouri State University. Ingresó a esta Universidad tras exhibir su talento en el 2007 en Lee, otro centro de educación superior.
Mabel sonríe al evocar el hecho. Cuenta que en Internet aún circula el video que envió a Lee para ser aceptada. La proyección resume, en siete minutos, la vida deportiva de la joven que, a los ocho años, se unió a la escuela de Los Aguinaga.
El DT Fernando Aguinaga la recuerda como una persona obediente, que “hablaba, soñaba y vivía por el fútbol. En la escuela tenía a un sinnúmero de varones, pero solo dos niñas y de ellas la más destacada era Mabe”.
En el 2007, viajó a Estados Unidos sin temores. Tomó sus maletas y se desplazó a Cleveland.
En las dos universidades de Estados Unidos obtuvo beca completa para estudiar la carrera de Personal Trainer. En la de Missouri incluso le permitieron dar clases de fútbol a niñas de primaria. Por hora le pagaban USD 25.
Pero todo eso dejó de lado, otra vez, por ir detrás de su sueño. En el 2010 renunció a la beca y se unió a Sealions, un equipo semiprofesional de San Diego.
En una nota publicada el 18 de julio del 2010, en el portal de ese club, se destaca el aporte de la tricolor. “Mabel Velarde le dio la victoria al equipo en el minuto 87 en la liga de Fútbol Femenina”.
Sus padres costearon su estadía en San Diego durante tres meses. Esto porque en esa localidad no tenía ni beca ni trabajo y, para jugar en el fútbol profesional, requería acudir a un campamento durante seis meses. Superada esa prueba estaría listo su pasaporte al fútbol profesional.
Pero la ayuda de sus padres se acabó. Para ellos, era difícil enviar USD 3000 mensuales a su hija. “Pedí ayuda al Ministerio del Deporte, pero me ofrecieron una beca en Cuba para estudiar Educación Física”.
Después de dar las pruebas, renunció a la idea y se fue a Argentina. Volverá a ese país cuando supere la lesión. También visitará a la DT Lesich. Hoy, ella sueña con ejercer su carrera.
Para ello, solicitará una reunión con el ministro del Deporte, José Francisco Cevallos. Pedirá que se apoye al fútbol femenino.