Un micro de la empresa Flecha Bus transportó a la Selección de Ecuador hacia el colorido barrio de la Boca, al sur de Buenos Aires, ayer por la mañana. Eran las 09:45 y en la capital argentina no hizo tanto frío como se había anunciado. La temperatura osciló entre los 4 y los 5 grados centígrados, había un viento fuerte; pero la diferencia, según dicen los bonaerenses, es que ayer el sol apareció y abrigó un poco.
La Tricolor se entrenó en la mañana en la Casa Amarilla, el predio de Boca Juniors. En las inmediaciones de la cancha de entrenamiento, todo recuerda la pasión que siente la gente por Boca Juniors: hay locales que venden camisetas, banderas y gorras del equipo xeneize y el color azul y amarillo prevalecen.
Dentro de la cancha, el equipo ecuatoriano intentó quitarse el frío con un leve trote. El preparador físico Carlos Velasco lideró el entrenamiento, usando un pequeño gorro de lana en su cabeza. Lo seguía Antonio Valencia, el máximo referente futbolístico del equipo, y Segundo Castillo, uno de los jugadores con más vigor físico en el plantel.
Mientras la mayoría de los jugadores corrían, Walter Ayoví, David Quiroz y el último convocado al equipo, Edson Montaño, atendieron a los medios ecuatorianos y argentinos que se hicieron presentes. Después intervino el entrenador colombiano Reinaldo Rueda.
El discurso en todos los casos fue similar: la Selección quiere mejorar para reconciliarse, con la hinchada, tras la inesperada caída por 1-0 ante México Sub 22, el sábado, en el Atahualpa.
“Sabemos que hicimos un mal partido y que la gente está enojada con nosotros. Hay reacciones que uno no comparte, como que pifien todo el tiempo. Pero sabemos que la solución es ganar”, reconoció el capitán Walter Ayoví que milita en el Monterrey.
El esmeraldeño dio una de las claves de lo que hizo el equipo durante estos días: los jugadores se han reunido permanentemente en estos días para ver las soluciones y ejecutar cambios. “Sabemos que la única manera de superar los obstáculos es ganando ante Paraguay”, dijo por su parte el volante de Emelec, David Quiroz.
Reinaldo Rueda también tuvo que enfrentar un formulario de preguntas sobre el mal rendimiento de la Selección en los amistosos (Ecuador no ha ganado ni un partido este año).
El seleccionador, quien está acompañado en Buenos Aires por su hija, la estudiante de periodismo Alejandra, se mostró tranquilo y dijo que Ecuador mostrará orden e intentará ser contundente ante los guaraníes, en su debut en la Copa, el próximo domingo.
Luego del entrenamiento, el equipo regresó a su concentración en el Hotel Panamericano, en el centro de Buenos Aires, muy cerca del Obelisco. Allí los jugadores aprovecharon para recibir visitas: los favorecidos fueron los argentinos nacionalizados ecuatorianos Marcelo Elizaga y Norberto Araujo, quienes recibieron a familiares y amigos.
Otros como Oswaldo Minda y Luis Checa se dedicaron a llamar ,por teléfono, a sus esposas en Ecuador. En la tarde, el equipo tricolor se desplazó hacia Santa Fe, su casa desde ayer hasta la próxima semana.