La Selección tendrá su primera prueba de fuego el viernes en el estadio Atahualpa. Ese día será el termómetro inicial de cómo serán las eliminatorias para el país.
Más allá de los inconvenientes que ha afrontado su DT, Reinaldo Rueda, en su período, en este torneo la Tri es considerada fuerte por lo que ha hecho en las ediciones anteriores. Ahora su primer rival, Venezuela, está postulada entre las favoritas para ir al Mundial, por lo que el juego también será un termómetro para las dos selecciones. El partido también servirá para evaluar la propuesta de Rueda de incluir a jugadores que actúan en el torneo local, en su mayoría, y de prescindir de otros que juegan en el exterior, por el hecho de que sus rendimientos varían en Quito.
Pero en esta ocasión, Venezuela también ha tomado precauciones para contrarrestar los efectos de la altitud y se preparó en ciudades andinas con jugadores locales.
La Tri tiene una ventaja porque los jugadores conocen a la perfección cómo administrar los tiempos en la altitud. Y ante los llaneros tendremos a Antonio Valencia, recuperado de su lesión, y a un jugador que podría aportarle mucho, como Joffre Guerrón, que se destaca en Brasil. Y un grupo de futbolistas de los clubes locales sedientos de gloria. Pero lo táctico dependerá de lo que pretenda Rueda. Él sabe que un traspié puede marginarlo. Esta Selección está en proceso de ilusionar al país y ojalá que lo logre, porque lo que ha hecho últimamente es alejarse de los sentimientos de la comunidad.