Ecuador sufrió para ganar a Perú. Tuvieron que pasar 69 minutos para que pudiera anotar el primero de los dos goles que le dieron el triunfo sobre esa Selección, ayer en el estadio Atahualpa.
Fue el ‘Kinito’ Édison Méndez, quien transformó la monotonía con la que se vivía el partido, hasta antes del primer tanto. Él, que entró en el segundo tiempo a reemplazar a Joao Rojas, ejerció liderazgo en la cancha y logró romper ese cerrojo que había impuesto el equipo peruano, dirigido por el estratega Sergio Markarián.
Gritó, ordenó, hasta por momentos le quitó liderazgo al capitán Walter Ayoví. Pero lo hizo bien porque le aportó esa jerarquía que le faltaba en la cancha al resto de sus compañeros.
Méndez anotó el primer tanto, después de una habilitación de Christian Benítez. En una acción en la que el delantero del América azteca receptó tras un pase del arquero Máximo Banguera.
Antes de esa acción, a Ecuador le costó descifrar el juego de la Selección peruana, dirigida acertadamente en el primer tiempo. Y fue en ese periodo donde su DT Markarián especuló y logró que su estrategia encajara en su propósito. Perú esperaba en el medio campo, y salía cuando podía, buscando los espacios en sus delanteros, sin correr mucho. Esa labor la hizo con acierto en ese periodo.
[[OBJECT]]
Ese escenario llevó a que Antonio Valencia y Rojas se cambiaran de costados para buscar espacios y entrar en el cerrojo peruano. ‘Toño’ pasó al izquierdo y Rojas al derecho. Eso duró ocho minutos.
En las gradas, la ansiedad de los hinchas ganaba terreno, en el primer tiempo. El marcador se mantenía en blanco y los equipos las mismas estructuras. Un Ecuador desesperado, con poco orden ante un rival que llegó a Quito a esperar en su área al rival. Una muestra de aquello fue que un desborde de Juan Carlos Paredes recién fue a los 42 minutos.
La primera etapa fue más productiva para los peruanos. Ellos tampoco presionaron a su rival, siempre esperaron en su área y evitaron correr en la altitud.
Parecía que la historia se mantendría en el segundo tiempo. Perú mantenía su estructura. Su DT cambió delantero por delantero: William Chiroque por Claudio Pizarro; volante por volante: Fidel Guevara por Carlos Lobatón.
En Ecuador, Rueda hizo algo similar. Puso a Méndez por Rojas. Fue precisamente ese cambio el que dio resultado. Méndez tuvo la certeza de transmitir las ideas del DT Rueda, con quien se acercó a hablar en tres ocasiones, mientras se desarrollaba el partido. Incluso, después del primer gol gesticulaba, pidiendo a Segundo Castillo y a Jairo Campos, que mantuvieran orden en sus puestos.
Esto último dio resultado porque en los últimos 20 minutos, Ecuador fue un equipo ofensivo y dinámico, totalmente distinto al que actuó la semana pasada ante Paraguay, en Asunción.
Y para cerrar la superioridad que mantiene Ecuador sobre Perú, en los últimos 34 años (no pierde desde 1977), Méndez dio un pase a Oswaldo Minda y este a su vez pasó el balón a Jaime Ayoví para que el ‘Chucho’ Benítez anotara el segundo gol (88 minutos).
Después vinieron acciones confusas entre ecuatorianos y peruanos. Incluso, Markarián increpó a Walter Ayoví en el borde de su área técnica, hasta Méndez discutió con uno de los rivales, con empujones… Al final, los hinchas salieron eufóricos, gritando y aplaudiendo a Méndez, quien solo festejó en la cancha porque tuvo que ir con el médico Patricio Maldonado al control antidopaje. Allí permaneció más de 30 minutos.
El ‘Kinito’ fue el centro de atención de los hinchas en el estadio y de los que observaban por televisión, en el resto del país. Él admitió, al final, que su aporte sirvió para mantener la paciencia entre sus compañeros para después lograr la segunda victoria que mantiene a Ecuador, con seis puntos, en tres partidos disputados.