El ‘Trencito Azul’ casi se descarrila ante el ‘Ferro’

Un juego intenso.   Rigio Castro, de Ferroviarios, disputa el balón con Alejandro Espinoza (izq.) de Universidad Católica, en el Atahualpa.

Un juego intenso. Rigio Castro, de Ferroviarios, disputa el balón con Alejandro Espinoza (izq.) de Universidad Católica, en el Atahualpa.

Todo iba sobre rieles hasta que el ‘Trencito Azul’ casi se descarrila ante el Ferroviarios. Esta comparación sirve para describir lo que sucedió el pasado sábado, en el partido en el estadio Olímpico Atahualpa de la capital.

De la tranquilidad que brindaba un cómodo y merecido marcador de 3-0, hasta el minuto 47, Universidad Católica pasó a la incertidumbre porque el Ferroviarios se quedó a una anotación de alcanzar el empate.

Varios factores permitieron baja de rendimiento del tradicional club quiteño, en la segunda parte. Primero, el golazo de Wilson George de tiro libre que impulsó a sus compañeros a creer que sí se podía remontar el partido. Ahí, el marcador se puso 3-1.

Luego, la expulsión del ‘universitario’ Ricardo Álvarez por una innecesaria y fuerte agresión en mitad de campo contra Henry Sarango. Con 10 hombres, la ‘Chatoleí’, como cariñosamente le dicen sus hinchas, se replegó en su campo y su rival creció.

Los jugadores del Ferroviarios controlaron la zona de volantes y con jugadas hilvanadas empezaron a llegar con claridad al arco local. Varias veces el golero Hernán Galindez salvó a su portería, ante los ataques de los de Durán.

La insistencia y el dominio dieron frutos al minuto 75 cuando un desborde por la izquierda terminó con un centro y un suave toque de Roger Rentería para el 3-2. El entrenador de Católica, Jorge Célico, sus pupilos y los hinchas no lo podían concebir.

Además, la falta de reacción del DT para rearmar el equipo. Tras la expulsión, la Católica se ‘achicó’, y sus llegadas al área rival fueron esporádicas. Solo cuando el Ferroviarios también perdió un hombre por otra expulsión, las acciones fueron parejas y el partido pudo terminar 4-2 ó 3-3. Ni lo uno ni lo otro, el 3-2 se mantuvo y los nervios se apoderaron de los hinchas hasta el pitazo final.

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