En su infancia, Antonio Valencia quebró varios objetos en la sala de su casa, como platos y una estantería. Jugar fútbol era todo en la vida del volante amazónico que hoy triunfa en el Manchester United.
La sala se convirtió en una especie de cancha, durante la niñez de este talentoso jugador.
Para utilizar un expresión popular, Valencia, con sus cascaritas y gambetas, provocó que su madre, Teresa Mosquera, tuviera canas verdes de las iras. Sin embargo, ella y Luis Antonio Valencia Pata, su padre, se esmeraron por cuidar y brindar educación a su hijo, cuyo principal propósito fue triunfar en el fútbol.
Hoy, para compensar el sacrificio y la paciencia de sus padres, obsequió a su madre una casa en el norte de Quito, colabora económicamente con sus hermanos y apoyó a su padre en la apertura de una distribuidora de pollos.
Desde Inglaterra, ‘Toño’ llama permanentemente para saber cómo está la familia. Con su hermana Yazmina tiene contacto frecuente. Sus otros hermanos son Éder, Alfredo, Eugenio y Freddy. Con Yazmina coincidieron en el quinto grado de la Escuela Ejército Ecuatoriano, en Lago Agrio.
La menor de los Valencia recuerda que Antonio le pagaba dinero para que hiciera sus deberes. Así, él se iba sin preocupaciones a jugar fútbol con sus amigos.
Antes de que Antonio se profesionalizara en el fútbol, el turno fue para su hermano mayor, Éder. En casa de los Valencia, el tema principal siempre fue el balompié. Ambos eran los más activos.
El amor por el fútbol llevó a Antonio Valencia a alquilar sus patines y a vender botellas vacías para apostar en los partidos con los amigos del barrio. “Él se compraba sus zapatos Venus y sus pelotas”, agregó Yazmina, quien estudia en la Universidad Salesiana.
Los consejos de su padre permanecen en la mente del jugador: “Sean educados, ante todo sencillez y humildad, elijan bien a las amistades, el dinero no lo es todo, cumplan con sus sueños…”.
Otro momento vital en la vida de Valencia fue cuando conoció a Zoila Meneses, su esposa. Su relación tiene ocho años y ahora son padres de Domenick, de 5 años.