Luis Cando, apodado ‘El Diablo’ por su nariz pronunciada y sus cejas arqueadas, dice que conoce al revés y al derecho al Deportivo Quito. Tiene 54 años y desde los 12 ha sido limpiabotas en la tradicional Plaza del Teatro, donde nació el equipo capitalino, el 27 de febrero de 1955.
‘El Diablo’ Cando se afana en sacar brillo a los zapatos de los clientes, mientras reconoce que sí hay taxistas jóvenes, hinchas del equipo, pero los viejos sudan la camiseta. Nombra a algunos taxistas amigos: Jorge Mena, Patricio Monge, Erasmo Escobar y César Vega. Tiene un respiro. Un cliente se ha ido. Cando deja el puesto.
Es flaco y alto. Se palpa la nariz aguileña. Solo le falta la capa y un gran trinche para mostrarse como satanás. “Hola, Diablito”, le dice un transeúnte. Él responde alzando la mano. Se convierte en un improvisado guía de turismo y dice: “Mire, ahí, en esa pared, está la placa del Quito”.
En la esquina de las Flores y Manabí, en la fachada de una casona celeste, hay una placa: “S. D. Quito. Aquí nació Sociedad Deportiva Quito ‘El Equipo de la Ciudad’. Febrero 27 de 1955. Febrero 27 del 2002”. “Venga”, dice ‘El Diablo’, “¿Si ve esas tres ventanas grandes del segundo piso? Allí aún funcionan las oficinas de la Cooperativa de Taxis Nº 1 Plaza del Teatro, donde el equipo recién nacido hacía las sesiones, por eso les dicen los taxistas”.
“Lea lo que dice en esa otra placa”, insiste Cando. En la Manabí 133 – N 8., en una esquina del Teatro Sucre, otra leyenda: “Sociedad Deportiva Argentina rinde homenaje de gratitud y reconocimiento a sus presidentes, jugadores y socios fundadores, con motivo de conmemorarse el cincuentenario de su fundación. Julio de 1940-1990”. “El Quito primero se llamó Argentina”, explica ‘El Diablo’, ufanándose. Se despide. Vuela a su tarea. La casa inicial del Quito es neoclásica, junto al Teatro Variedades. La oficina de los taxistas está cerrada.
Hasta 1997, la cooperativa tenía los puestos en la Plaza del Teatro. Ahora está en la av. Pichincha y Don Bosco, junto al coliseo Julio César Hidalgo, en La Tola.
Marco Carrera, de 73 años, aguarda en el carro. De cabello y bigotes blancos, dice que toda la vida ha sido del Quito, en las buenas y en las malas.
Es feliz porque en las oficinas de su cooperativa, el Deportivo Quito hacía las primeras sesiones. Recuerda a Ney Mancheno como uno de los buenos dirigentes. No olvida al uruguayo Romanelli y a Barreto, grandes jugadores de los setenta. Pero el recuerdo que sigue intacto es el de los clásicos Liga-Quito, en el estadio de El Arbolito, El Ejido, en los sesenta.
Antes de arrancar el taxi afirma que de los 62 socios de la Cooperativa Nº 1 Plaza del Teatro, la mayoría es del Quito.
En las tardes lluviosas de Quito, los taxis van y vienen por las calles del Centro. Subimos a un auto de la Cooperativa El Camal. Luis Bravo, el chofer, confiesa que es de Liga. “La mayoría de los 60 socios somos de la Liga y del Nacional, ¿del Quito?, ninguno”.
En la esquina de la Guayaquil y Chile para el taxi de Santiago Argoti, de la Cooperativa La Chilena (El Tejar). Sin preámbulos declara su cariño al Quito. “Mire -dice- cualquier taxista puede ser de la Liga, pero los señores taxistas somos del Quito”, y ríe con ganas.
Tiene 43 años y su padre, Rodrigo, comerciante de abastos en San Roque, le llevaba desde niño al estadio. Argoti admira el temple de Saritama. Se aleja y hace la V de la victoria.
En la calle Gonzalo Cabezas y av. Teniente Ortiz es la sede de la Unión de Cooperativas de Transporte de Taxis de Pichincha. Agrupa a 7643 socios (185 cooperativas). Luis Gerardo Mejía, el presiente, admite que al menos el 10% de sus colegas es del Quito.
“Los otros son de Liga, de El Nacional o como yo, del Aucas…”.
En la travesía por la ciudad, ocupando varios taxis, apareció don Carlos Estrella, de 66 años. Es el hincha del Quito más entusiasta y bromista. Pertenece a la Cooperativa 47 Miraflores. Trabaja todo el día, “como cuando era guambra”, dice. Desde los 8 años es del Quito. “La mayoría de chagras son de Liga y Barcelona; cuando mis cuñados vivían en Quero, Tungurahua, eran del Macará, vinieron a Quito y se hicieron de la Liga”.
Ayer, miles de hinchas del Quito copaban el estadio Atahualpa.
Tras varias vueltas y preguntas asomó el taxista ejecutivo Luis Salazar. “Con orgullo soy taxista, y del Quito de puro corazón”.
La historia en un libro
El sociólogo Patricio Ycaza, ya fallecido, publicó en 1996 ‘Sociedad Deportivo Quito, la Academia del Fútbol’. Lo dedicó al padre, Oswaldo, quien le enseñó a sentir al Quito parte de su vida.
Ycaza escribió que es el ‘Equipo de los chullas’ en alusión a su origen popular. “Tuvo su génesis en Sociedad Deportiva Argentina (1940), equipo barrial que nació en la Plaza del Teatro”.