Sudáfrica, país organizador del Mundial-2010, con una de las tasas de violencia más altas del planeta, deberá trabajar extra para que los ‘hooligans’ y las barras bravas (grupos violentos) no empañen la fiesta que se disputará desde el 11 de junio.
Para hacer frente a ello, las autoridades sudafricanas han lanzado planes para trabajar en conjunto con fuerzas especializadas de otros países. Algunas sedes ya han anunciado medidas especiales para evitar que los violentos degeneren el ambiente festivo que se espera en Sudáfrica.
Por ejemplo, en la sede de Ciudad del Cabo han dotado a su estadio, el Green Point, no solo con una Comisaría de Policía, sino con celdas para alojar a los aficionados molestos.
“Acogeremos varios equipos europeos, con algunos de sus aficionados conocidos por ser un tanto revoltosos y propensos al vandalismo”, declaró Nicholas Whiteley, responsable de prensa de ese estadio. “Esto significa ocuparnos de cualquier elemento revoltoso que pueda hacerle la vida difícil a los demás. Queremos que la gente disfrute tranquilamente del juego”, añadió.
Por esa ciudad pasarán hinchas de Uruguay y Paraguay, aunque de Sudáfrica lo que más preocupa es la llegada de barrabravas argentinos, que habrían presuntamente fundado una organización, ‘Hinchadas Unidas Argentinas’, que busca facilitar el viaje de ciertos líderes de cada facción, denunció la prensa argentina.
Para los hinchas argentinos, Sudáfrica reservó un lugar con pantallas gigantes incluidas, pensando en tener a todos juntos para que no haya problema, a imagen de los ‘Fan Parks’ de 2006.
En cambio, la prevención para las autoridades británicas ha pasado por restringir el desplazamiento de unos 3 200 ‘hooligans’, a los que se les retirará el pasaporte durante el Mundial, según el Ministerio del Interior.
La misma medida pudiera copiarse en Francia. Así lo confirmó Brice Hortefeux, el ministro del Interior galo.