La lechuza más famosa de Colombia por ser la mascota del club Atlético Júnior, murió ayer después de haber sido pateada el domingo pasado durante un partido por el defensor panameño Luis Moreno. Este hecho, incluso, trascendió la actividad deportiva y generó voces de repudio.
Moreno, que juega en el Deportivo Pereira, ofreció disculpas públicas y fue sometido a un proceso a instancia de autoridades ambientales, al tiempo que se esperan sanciones tanto de su equipo como del ente rector de la liga de fútbol profesional.
La lechuza vivía en el techo del estadio Roberto Meléndez, de Barranquilla, y era considerada como la mascota del Júnior, pues en todos los partidos comenzaba a volar y era seguida con atención por las cámaras de televisión.
Cuando faltaban 16 minutos para el final del partido entre Júnior y Pereira, que el equipo de Barranquilla ganó por 2-1 por la cuarta fecha del torneo Apertura, la lechuza empezó a volar como de costumbre pero descendió dentro de la cancha.
La pelota la golpeó de forma accidental, tras lo cual Moreno se le aproximó y la sacó de la cancha de una patada, lo que dio origen a silbidos e insultos desde la tribuna, reclamos de los otros jugadores y una avalancha de mensajes de repudio en las redes sociales que se mantiene hasta hoy.
El director del Departamento del Medio Ambiente de Barranquilla, Humberto Mendoza, dijo que la lechuza murió en la veterinaria donde era atendida por una posible miopatía por captura, una patología que se genera por la acumulación de ácido láctico debido al exceso de manipulación.
Antes de viajar de Barranquilla a Pereira, una patrulla de la Policía interceptó al defensor panameño para notificarle la apertura de un proceso a instancias de autoridades ambientales que lo acusan de maltrato a los animales, en el marco del cual puede ser condenado al pago de una multa y hasta a 45 días de prisión.
Moreno visitó el lunes el zoológico de Pereira, principalmente la sección de aves rapaces, donde reiteró sus disculpas y prometió acudir al lugar una vez al mes para cumplir voluntariamente una labor de tipo ambiental.
El zaguero, de 29 años, comenzó su carrera en el Tauro FC de Panamá y en Colombia ha jugado en Envigado e Independiente Santa Fe de Bogotá. Sin embargo, esto no es lo más difícil para él, quien aún rebusca en su escaso repertorio de futbolista, una excusa para justificar ante sus hijos Yeisy, de 11 años y Luis, de 6, qué sentimiento fue el que lo motivó a golpear a la indefensa ave.
“Ellos están en Panamá, seguramente ya vieron las imágenes por televisión y, ahora, lo que espero es llamarles. Pero el problema es que no sé qué les voy a decir”, dijo el jugador a su llegada a Pereira. Allí, unos 20 periodistas lo esperaban para que le diera la cara a la afición por lo que muchos consideran un ataque contra la vida.
Moreno contó que sus hijos tienen de mascota a un perro y que le gustan los animales, pero confesó que nunca había estado cerca a una lechuza. “Sí, les tengo miedo, esos animales son grandes, pero nunca pensé en agredirla. Lo que intenté fue sacarla de la cancha, pero la patada fue por la ‘calentura’ del partido”, agregó.