Los futbolistas que vistieron la camiseta tricolor cuentan sus emociones cuando defendieron al país. La lista de sentimientos es extensa…
Jimmy Blandón
Equipo: ex seleccionado
Ubicación : volante
“Conmovía ver un estadio repleto de gente apoyando y con la camiseta que uno llevaba puesto. Cuando se escuchaba el Himno Nacional, antes de los partidos, y sentir cómo miles de voces coreaban, causaba cosas muy emocionantes. Pensar que todo un país seguía cada movimiento adentro de la cancha era una carga enorme a la hora de jugar. Cuando perdíamos un cotejo sentíamos una mochila pesada de críticas por todo lo que implicaba ponerse esa camiseta. Es un orgullo único vestir la Tri”.
Paúl Ambrosi
Equipo: Liga de Quito
Ubicación: lateral
“Los primeros con los que compartí la alegría de saber que me iba a va a poner la camiseta tricolor fue mi familia. Luego de esa emoción única, hay algo de curiosidad por conocer cómo es ese mundo dentro del equipo. Hay muchas preguntas que se responden hasta cuando ya te pones la camiseta y sientes que la tarea de vestir la camiseta es enorme. Eso implica un esfuerzo porque hay que justificar el llamado con rendimiento. Ver a niños con el número que uno tenía era emocionante”.
Edwin Tenorio
Equipó: Grecia
Ubicación: volante
“Como futbolista activo, uno sueña con volver a ponerse esa camiseta por todo lo que vivió en un Mundial, en su momento. Saber que el mundo te mira, motiva a pelear cada pelota con la vida. ¿El peso de la camiseta? No diría peso, pero sí hablaría de responsabilidad y amor por algo tan propio. Toda la gente te habla y critica cuando uno se equivoca, pero festejar un gol en un Mundial o en las eliminatorias no tiene precio alguno. Siempre defendí esa piel con todo mi carácter, pese a las críticas”.
Eduardo Hurtado
Equipo: ex seleccionado
Ubicación: delantero
Es un orgullo vestir la Tricolor. Cuando estuve, di todo, pero la pena mía y de muchos compañeros que sentimos es no haber ido a un Mundial. En el último amistoso que jugamos en Quito, en el estadio del Aucas, los compañeros coincidíamos en que estar en la Tricolor no se puede comparar con otras alegrías, pero escuchar los relatos de los jugadores que participaron en un mundial nos causaba nostalgia. Poder festejar los goles cuando había críticas era una emoción que solo te puede causar el fútbol.
Jacinto Espinoza
Equipo: ex seleccionado
Posición: arquero
“Es un orgullo difícil de
explicar. Al estar ahí, se entiende lo que es ser equipo. No tengo y no hallo las palabras para contar todo lo que uno siente en la cancha cuando se defiende la camiseta. Mucho más cuando es la Tricolor Nacional. Aquello que se dice: ‘todos somos la Selección’ es un sentimiento, no solo demagogia. Antes, en las gradas, cuando era futbolista, sentíamos el grito de apoyo con las voces de : ¡Ecuador! ¡Ecuador! Hoy uno se emociona más con los gritos propios que se escuchan en el estadio. El cántico: “Ecuador sí se pudo, sí puede y ¡siempre se podrá! con entonación y todo, por ejemplo, se siente que baja con más fuerza desde las gradas hasta la cancha. Mi primer viaje con la Selección ecuatoriana fue a Colombia, en 1991. Es algo inolvidable cuando uno está desde adentro viendo y viviendo lo que pasa afuera. Cada momento era maravilloso en la Selección cuando uno era llamado. Sin querer ser lírico, pero es una emoción como cuando uno es padre por primera vez. Esa alegría es algo parecida, pero estar en la Selección es privilegio de pocos jugadores profesionales”.
Iván Hurtado
Equipo: Grecia
Posición: defensa
“Siempre nos caracterizamos por ser fuertes de local es con el estadio pintado del color de la camiseta. La experiencia nos dio muchas cosas para sentir lo que es defender al país y a los colores dentro de una cancha de fútbol. Saber que a través de esa divisa se une un pueblo para festejar los triunfos es una inyección de motivación importante. Cuando empecé en esta profesión tuve muchas equivocaciones que ahí uno siente el peso de estar en el equipo que representa a todo un país. Con los años de experiencia uno adquiere la madurez y sabe todo lo que implica estar entre los 11 jugadores. Con el grupo siempre hablábamos de la unidad que demostramos como equipo y que luego se tradujo en el éxito de ir a representar en un Mundial. Hubo jugadores con los cuales debíamos dialogar bastante para que no sean vencidos por los nervios de salir a jugar con estadio lleno. Los años de experiencia a uno le dan madurez para asumir más responsabilidades a la hora de enfrentar un partido con un estadio repleto. No era lo mismo ser visitante que jugar en el Atahualpa”.