La seguridad sufrió un nuevo revés por un asalto armado

En Magaliesburgo. La Policía sudafricana custodia el hotel en que ayer una banda asaltó a periodistas de Europa.

En Magaliesburgo. La Policía sudafricana custodia el hotel en que ayer una banda asaltó a periodistas de Europa.

Portugal protagonizó ayer una nueva jornada de preparación mundialista entre la preocupación por el asalto armado a tres periodistas asignados a la cobertura del plantel luso.

El robo a un periodista español y a dos colegas portugueses fue el tema de atención en la práctica del conjunto luso. El redactor español Miguel Serrano, del diario Marca, junto a los colegas portugueses Antonio Simoes (fotógrafo de O Jogo) y Rui Gustavo (periodista del semanario Expreso) fueron asaltados cerca de las cinco de la mañana. Esto, mientras dormían en el hotel Nutbush Boma Lodge, en Magaliesburgo, ciudad ubicada al noroeste de Johannesburgo.

El hotel está ubicado a pocos kilómetros del Bekker High School, el lugar de entrenamiento de Portugal.

Así, el ambiente de la Copa del Mundo sufrió su primer caso de inseguridad, luego de la ola de miedo y paranoia generada durante los últimos días. Si bien no se confirmó la cantidad exacta de asaltantes, se estima que unos cuatro hombres irrumpieron en el establecimiento y atacaron a los periodistas en sus habitaciones.

Los ladrones se llevaron todos los objetos de valor de las tres víctimas. Computadoras portátiles, dinero, teléfonos móviles y hasta pasaportes.

Quien pasó la peor parte fue Simoes, quien fue apuntado con un arma en la cabeza y cubierto con una manta mientras se perpetraba el robo.

“Estábamos durmiendo y, de pronto, Antonio comenzó a gritar que le habían robado. Allí nos dimos cuenta de lo sucedido. Fue un momento horrible”, comentó el periodista del diario As, Manu Sainz, quien también se hospeda en el Nutbush Boma Lodge.

40 policías sudafricanos estuvieron presentes en la puerta del hotel durante el resto del día y, según confirmaron fuentes oficiales, se pudo detener a uno de los asaltantes gracias a una señal emitida por su teléfono móvil en el momento del robo.

Por el momento, no se dio a conocer la identidad del ladrón. En principio, los 20 periodistas hospedados en el hotel serían trasladados a algún establecimiento de Johannesburgo. Además, la Policía reforzará la seguridad en los hoteles de los profesionales encargados de la cobertura de la selección portuguesa.

Johannesburgo está considerada una de las ciudades más violentas del mundo. Las autoridades sudafricanas culpan a los inmigrantes de Zimbabue de generar la inseguridad asaltando a turistas en las carreteras.

Colombia sufrió un robo en un hotel

El ataque que sufrió ayer la prensa que cubre a Portugal no es un hecho aislado. La delegación de la selección de Colombia sufrió un robo el 3 de junio, mientras el plantel jugaba un amistoso con Sudáfrica.

Los delincuentes robaron en total USD 2 750, dinero personal repartido en las maletas de los jugadores. Se detuvo a dos camareras del hotel cinco estrellas, el cual es la actual sede oficial de la selección de Eslovenia, selección mundialista.

Alrededor de 44 000 agentes se han incorporado a las fuerzas del orden en un país donde se producen más de 50 homicidios al día.

“Este incidente se ha cometido en el interior. ¿Cómo quiere que la Policía pueda prevenir este tipo de robos?”, afirmó el portavoz de la Policía, Eugene Opperman, irritado por las críticas que recibió su entidad después del robo a los colombianos.

Hace un año, en la Copa de las Confederaciones organizada en Sudáfrica, la selección de Egipto también sufrió un robo similar, lo cual aumentó la sensación de que Sudáfrica no puede garantizar la seguridad de los competidores y los turistas.

Pese a los ofrecimientos de que será un Mundial seguro, la Policía no logra convencer del todo a sus críticos, sobre todo por la detención de un agente que alteró, el martes del noche, la tranquilidad del sitio de descanso de la selección de Inglaterra.

Ese Policía estaba fuera de servicio, borracho y conduciendo en sentido contrario. Fue perseguido y llegó a estar a 1 kilómetro de distancia de la sede de los ingleses, en el Bafokeng Sports Campus, en Rustenburgo.

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