El primer pedido que hizo el entrenador uruguayo Mario Saralegui a la directiva de El Nacional, al final del año pasado, fue mantener la base de jugadores y sumar más jóvenes. En el equipo militar solo participan futbolistas ecuatorianos
El pedido del entrenador, de 55 años, fue aceptado. Ahora, Saralegui, tiene el reto de llevar a los rojos a participar en la fase de grupos de la Copa Libertadores.
Dirige al equipo de los puros criollos desde agosto del 2010. El año pasado cumplió una temporada destacable y recibió la confianza de la directiva para romper el maleficio de no destacar en los torneos internacionales.
El entrenador contagia a sus pupilos sus experiencias adquiridas en la época de futbolista. Cuando él se vistió de corto acumuló una experiencia copera.
Con la camiseta de Peñarol estuvo cuatro años en la Libertadores, entre 1978 y 1981. Levantó ese trofeo en 1982 y jugar finales de ese torneo se le hizo una buena costumbre al estratega que ha dirigido, desde 1996, a Wanderers, Frontera de Ribera, Peñarol, Progreso y Central Español.
En 1986, Saralegui volvió a saborear las mieles de la Copa Libertadores al coronarse campeón con River Plate, de Argentina. Sin embargo, vio de cerca el trofeo cuando las perdió las finales de 1983 con Peñarol y en 1990 con Barcelona.
Esta vez, el reto será trascender con su estilo de fútbol. En su discurso al plantel, el entrenador uruguayo ha pedido a los jugadores no dejarse contagiar de la ansiedad de ser protagonistas que hay en los rojos.