El Santos, que fue considerado el mejor equipo del mundo a principios de los años sesenta, con Pelé en sus filas, espera que la generación actual, comandada por el joven Neymar, pueda conquistar en Japón el Mundial de Clubes (8-18 diciembre).
En 1962 y 1963, el Santos de Pelé consiguió dos ‘dobletes’ históricos, los de Copa Libertadores y Copa Intercontinental, ésta última en la competición que enfrentaba a los campeones de Europa y Sudamérica para otorgar la etiqueta simbólica de mejor equipo del planeta. En este 2011, tras superar al Peñarol uruguayo en la final, el Santos volvió a levantar la Libertadores casi cincuenta años después, por primera vez desde ese 1963, ilusionando a su ‘torcida’ con reverdecer viejos laureles y con Neymar, codiciado por varios grandes europeos, como su nuevo líder.
El joven delantero ha sonado durante meses como posible nuevo jugador de históricos como los españoles Real Madrid o Barcelona, pero en noviembre se anunció oficialmente una nueva renovación de su contrato, confirmando su compromiso con el proyecto de hacer historia con el Santos. En las semanas previas, Neymar había insistido una y otra vez que su único sueño a corto plazo era devolver la corona mundial al Santos, en un torneo en Japón que le hace mucha ilusión y que considera clave para su carrera.
“Sólo quiero pensar en marcar goles, en ayudar a que el Santos siga creciendo. Ahora tengo como reto ganar el Mundial de Clubes con el Santos”, dijo tras el título de la Libertadores. El plantel de 23 hombres convocados por Muricy Ramalho para este Mundial está compuesto por un bloque nacional, con la presencia foránea del colombiano Wason Rentería, uno de sus hombres del temible ataque del equipo.
Otra de las figuras a seguir muy de cerca será Paulo Henrique Ganso, un centrocampista organizador que ha tenido problemas serios con las lesiones en los últimos años, pero que sigue siendo muy importante en la dinamización del juego ofensivo del Santos. “El Barcelona es favorito por sus inversiones y por todo lo que la gente ya sabe, pero en sólo dos partidos, todo es posible. Vamos a viajar con muchas esperanzas de qué podemos conseguir”, comentó Ramalho.
El reto también será olvidar su decepcionante Brasileirao en la segunda mitad del año, donde pronto quedó alejado de la pugna por el título, hasta terminar finalmente décimo. El debut del Santos tendrá lugar en Toyota el miércoles 14, contra el Monterrey mexicano o uno de los dos equipos de la ronda preliminar (Auckland neozelandés o Kashiwa Reysol japonés). En 2010, el Inter de Porto Alegre, también brasileño, fue el representante sudamericano y sufrió un fracaso histórico, cayendo 2-0 en semifinales ante el Mazembe congoleño, dejando la final sin representación de la zona Conmebol, por primera vez.
El Santos llegará a Japón, por lo tanto, con la misión de borrar ese mal recuerdo y reconquistar para Sudamérica la hegemonía en esta competición, tras cuatro años de dominio europeo (Milan 2007, Manchester United 2008, Barcelona 2009, Inter de Milán 2010). En caso de levantar el trofeo, Brasil, que ganó las tres primeras ediciones (Corinthians 2000, Sao Paulo 2005, Inter de Porto Alegre 2006) se reforzaría al frente del palmarés histórico de la competición heredera de la Copa Intercontinental, que desapareció en 2004, para dar el relevo a este nuevo torneo.