José Luis Vásquez y Fernanda Condorí se casaron ayer. Lo hicieron en una pequeña iglesia en el centro de Salta e inmediatamente cumplieron con el ritual que hacen los lugareños en todas las fiestas: subieron en un automóvil adornado con cintas blancas al teleférico del cerro San Bernardo. Había que tomarse la fotografía de rigor, con Salta a sus espaldas.
Condorí usa gruesos lentes y sus ojos negros apenas parecen dos puntos. Posó para un fotógrafo, mientras su esposo la miraba con ternura. “Nos acabamos de casar, vinimos a la foto y luego debemos bajar para la fiesta de la tarde”, explicó el esposo. Estaba feliz pero todavía en ‘shock’, luego de haber tomado la decisión “más importante de su vida”.
La presencia del flamante matrimonio robó la atención en la estación del teleférico, ubicada a 1 400 metros sobre el nivel del mar. Este medio de transporte turístico funciona en Salta desde 1987 y conecta el centro de la ciudad con el cerro, en un paseo que dura 15 minutos.
En el cerro San Bernardo, los novios caminaron y, a su paso, los turistas no dejaron de fotografiarlos, e incluso de pedirles tomarse una gráfica con ellos.
Desde la estación, la vista de la ciudad es estupenda. En el lugar hay un restaurante, unas vertientes de agua y un mirador desde el que se disfruta de Salta ‘La Linda’, como se conoce a la ciudad en la que ayer Ecuador jugó su segundo partido por la Copa América ante Venezuela.
El atractivo turístico fue un imán para los hinchas que acompañaron a los dos seleccionados. Desde la mañana, las camisetas amarillas de la Tricolor y las vinotinto de Venezuela aparecen continuamente. Una de las opciones que se ofrecieron ahí es la posibilidad de hacer downhill con el asesoramiento de expertos, según relata Joaquín García, uno de los encargados. Él testifica haber visto muchos ecuatorianos en los últimos días. “Por aquí también vino el técnico de Venezuela (César Farías) y sus ayudantes”.
Javier Pachar, de Loja, Eddy Espinosa de Manta y Pablo Quezada de Cuenca, llegaron al teleférico con sus camisetas de la Selección ecuatoriana. Adquirieron un tour para la Copa América (pagaron USD 1 800) y, además del juego de ayer, podrán disfrutar los juegos Argentina vs. Costa Rica y Ecuador vs. Brasil, ambos en Córdoba en esta semana. “Mi pasión por el fútbol me trajo aquí”, dice Pachar, seguidor del Barcelona y simpatizante de la Liga de Loja.
En el teleférico, los ecuatorianos coincidieron con dos hinchas llaneros: Óscar Mendoza y su esposa Alejandrina van der Heyde. Lejos de la violencia que azota al fútbol, los hinchas optaron por hacerse amigos e incluso compartieron una comida.
“El deporte debe servir para unirnos, tenemos los mismos orígenes”, decía Van der Heyde, quien no dejaba de fotografiar a la ciudad, a los hinchas y por supuesto a los flamantes esposos Vásquez-Condorí, quienes continuaban desfilando por la estación en la búsqueda de mejores ángulos para sus fotografías.
Después los esposos fueron a su fiesta de recepción. Los hinchas tenían otra fiesta, pero en la cancha del estadio salteño.