El Banco Pichincha dejó de ser el brazo financiero de Barcelona. Eso produjo la terminación del contrato, de mutuo acuerdo, con la consultora española Mediapro.
Los canarios pretendían concesionar la marca Barcelona a la entidad bancaria y esta, a su vez, la iba a manejar con el asesoramiento de Mediapro, pero en mayo pasado el banco desistió de seguir adelante con el proyecto.
Desde mayo, la consultora dejó de asesorar al club en las áreas administrativa, deportiva y financiera. El español Ángel Gómez dejó también de trabajar para esa empresa, pero continuará en la gerencia deportiva del club hasta diciembre.
Para empezar el proyecto del manejo de la marca, el banco -de propiedad de Fidel Egas- debía desembolsar a través de un fideicomiso USD 10 millones que, según Carlos Manzur, presidente de la Comisión de Fútbol, iban a ser utilizados “para cubrir parte del déficit de USD 13 millones que mantiene la institución”.
Con esa suma se pretendía subsanar la deuda de USD 2 millones que mantiene el club con Luis Noboa, ex vicepresidente torero. El ahora asambleísta por el Partido Renovador Institucional Acción Nacional (Prian), prestó ese valor al club en 2008 para financiar el presupuesto de ese año
Además, se iba a cubrir las deudas que mantiene el club con la Corporación para la Administración Temporal Eléctrica del Guayas (Categ) por USD 700 000 y con Interagua por USD 2 034 705 por el suministro de agua para las instalaciones del equipo.
Ese dinero iba a servir también para cubrir las deudas generadas por las demandas implantadas por los argentinos Guillermo Moriggi (USD 115 000), Roberto Trotta (USD 130 000) y Marcelo ‘Chelo’ Delgado (USD 400 000), los tres ex jugadores del club.
La intención de los directivos canarios era concesionar la marca Barcelona al Banco Pichincha por 20 años, por un valor que iba a ascender a los USD 140 millones, es decir USD 7 millones por año que, según Manzur, son los que necesita anualmente el club para subsistir.
Pero las reuniones con los representantes de la entidad financiera terminaron en abril pasado. Esto debido a que el banco decidió no seguir adelante con el proyecto porque “tenían primero que solucionar todos los problemas legales y financieros que tiene el club y que han sido heredados de años pasados”, agregó Manzur.
Otra de las razones que bloqueó el proyecto fue la falta de un acuerdo para formar la junta del fideicomiso. Según pudo conocer esta Diario, Barcelona propuso tener mayoría en la junta y Banco Pichincha, que cada institución tenga el mismo número de representantes en ella.
Con esa mayoría, según Cicerón Tacle, presidente de la Comisión Financiera del club, Barcelona pretendía “precautelar que la institución no pierda el control sobre las decisiones que le afectan al club”. “Banco Pichincha pretendía tener participación y poder de decisión no solo en lo financiero sino en lo administrativo y deportivo”, según Tacle.
Pero la relación entre estas dos instituciones no ha terminado. La entidad bancaria, según Enrique Avellán, gerente de Marketing de los canarios, amplió su contrato de auspicio con el club hasta el 2014. Es decir que hasta diciembre de ese año el estadio Monumental conservará el nombre del banco. Mantendrá además su presencia en la camiseta del equipo y dentro del escenario.
Esto le significará al club, según Avellán, ingresos que ascienden a los USD 4 millones, incluida la venta de los derechos de transmisión a Teleamazonas, televisora que forma parte de grupo Egas. El contrato de transmisión finalizará en diciembre próximo.
Hasta ayer, el Banco Pichincha no dio una versión sobre la situación de su relación con Barcelona. Esto pese a que este Diario consultó a Abel Castillo, de Relaciones Públicas, y a Fernando Pozo, gerente general de la entidad.
Barcelona, Mediapro y el Banco Pichincha
Mediapro empezó a asesorar a Barcelona el 5 de noviembre del 2009 por sugerencia del Banco Pichincha.
El contrato se firmó para que el club recibiera asesoramiento en las áreas financiera, administrativa y deportiva.
El estadio Monumental se llama Banco Pichincha desde el 2008. El nombre se comercializó por USD 1 millón anual.
El grupo Egas financia USD 4 millones, de los USD 7 millones de presupuesto. Por auspicios, Barcelona recibe USD 6 millones.