El agua que bebió Reinaldo Rueda, a las 17:42 de ayer, marcó un antes y un después en el primer acercamiento con la prensa en territorio nacional. A esa hora, Luis Chiriboga, presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), ya lo había presentado como técnico de la Selección nacional.
También le había entregado la camiseta tricolor. Tras tres años y medio de vestir la ‘piel’ de Honduras, el técnico colombiano se colocó la de Ecuador. Con él lo hicieron Alexis Mendoza, asistente; Carlos Velasco, preparador físico y Pedro Zape, preparador de arqueros. Todos, colombianos.
Esto fue en el auditorio de la sede de la Ecuatoriana de Fútbol, en el norte de Guayaquil.
Luego de varios sorbos, habló de lo que será su trabajo en Ecuador. No dudó en decir que es un honor llegar a un país futbolero, con la trayectoria del Ecuador. Que trabajando con unidad y capacidad se puede pensar en el Mundial de Brasil 2014. “Gracias por esa confianza y espero retribuir con un logro”, dijo.
Tras más aplausos vino la ronda de preguntas de los periodistas. Los temas abordados se relacionaron con el esquema táctico, la experiencia adquirida en Honduras y en Sudáfrica, la elección de los jugadores, la disciplina, la relación con Sixto Vizuete…
Una tras otra, Rueda contestó las interrogantes. Habló que respetará mucho el esquema táctico que caracteriza a Ecuador, que aprovechará la capacidad de los jugadores ecuatorianos, que la prioridad es el Mundial.
“El objetivo central es llegar al Mundial, si no se llega al Mundial, ganar una Copa América no sirve de nada”, reveló.
También dijo que la experiencia que más le ha marcado profesionalmente fue la centroamericana y que ello le servirá mucho ahora. Que para su llegada a Ecuador dejó de lado dos propuestas que tenía de Arabia y Centroamérica. Que para su decisión, la conversación que tuvo con Chiriboga, en Johannesburgo, fue decisiva, ya que ahí se dio cuenta de la convicción que el dirigente ecuatoriano tenía.
Sin sacarse su ‘nueva piel’ y luego de terminar de beber toda el agua, Rueda y su equipo abandonaron el auditorio. Lo hizo con calma y sin dar más declaraciones. Eran las 18:10. Hoy estará en la casa de la selección, en Quito.
Más temprano, en la parte sur del aeropuerto José Joaquín de Olmedo, una suerte de juego del gato y ratón se dio en la zona de los hangares de la terminal área. No se sabía a dónde llegaría la avioneta procedente de Cali, Colombia. La duda se disipó a las 15:45.
La avioneta con matrícula estadounidense N335CM se estacionó en el hangar de la empresa Aviandina.
La presencia de camarógrafos, fotógrafos y periodistas, hizo que Vinicio Luna ofreciera facilitar un breve diálogo con la prensa, rompiendo la agenda prevista. Así ocurrió. Luego, fueron a la Ecuatoriana de Fútbol.