El triunfo fue agónico. El tiempo reglamentario para que terminara el cotejo se había cumplido cuando el árbitro pitó un penal para el Rocafuerte.
El delantero Pablo Cifuentes había sido derribado en el área por un defensa del club Valle del Chota. El penal fue legítimo y el mismo jugador asumió la responsabilidad de ejecutarlo.
Con ese tanto, los cementeros lograron vencer a los imbabureños, el sábado pasado, y así sumar sus primeros tres puntos.
Los hinchas que habían asistido al estadio Alejandro Ponce Noboa estaban saliendo ya de ese escenario cuando su equipo marcó el tanto de la victoria. Algunos regresaron, pero solo para ver la celebración de Cifuentes.
Pese a que estuvo a punto de terminar empatado, el compromiso fue emocionante. Los dos equipos buscaron desde el primer minuto el arco rival y no se limitaron a defenderse.
Pero las opciones más claras para abrir el marcador las generaron los locales. Cifuentes fue el más incisivo en el ataque, aunque por momentos le faltó precisión.
El Valle llegó con una propuesta clara: no encerrarse en su cancha y apostarle al contragolpe. Por momentos le dio resultado, pero se encontró con una buena zaga.