Los reclamos del técnico del Municipal de Cañar, Segundo Montaño, al árbitro central Roberto Alman, fueron constantes. Todo empezó al minuto 38, tras la expulsión a uno de sus dirigidos, Dioni Garcés, por una supuesta falta a un jugador del River Plate de Guayaquil.Las decisiones de réferi tampoco fueron aprobadas, el sábado 4 de septiembre, por unos 600 aficionados que llegaron al estadio 26 de Enero del cantón cañarense. Las pifias y los insultos se escuchaban a cada momento. Montaño se tomaba sus cabellos con ambas manos o pateaba el césped ante las decisiones del juez. Esa misma actitud tenía con sus dirigidos cuando remataban mal o se dejaban quitar el balón. Sus manos también servían para cubrir su rostro del sol.Con el gol de River, marcado al minuto 69 por Jimmy Lozano, creció la tensión en el cuadro local. Hubo imprecisión en los pases y faltó puntería frente al arco custodiado por Gonzalo Piñal, sobre todo en la primera etapa. Los hinchas se halaban sus cabellos.La actitud desesperada de los integrantes del conjunto cañarense contrastó con la tranquilidad de los jugadores y cuerpo técnico del club porteño. Las pocas llegadas al área contraria fueron de contragolpe. El adiestrador argentino Carlos Squeo salió pocas veces a la zona técnica.Al final del cotejo, Alman y sus compañeros salieron bajo la protección de 10 policías.