Real Madrid y FC Barcelona juegan hoy (10:00, de Ecuador) el clásico que ninguno quiere: los blancos porque solo piensan en el partido del martes ante el Manchester United y los azulgranas porque no están precisamente para sufrir una derrota más.
La vigésimo sexta jornada de la Liga española tendrá su foco en el estadio Santiago Bernabéu más por inercia histórica que por las necesidades de los contendientes, más preocupados por otras cosas que por los puntos. Lo ocurrido en los últimos días y lo que está por venir se imponen claramente al momento presente.
El Real Madrid está a 16 puntos del Barcelona y no parece que la Liga le interese demasiado en estos momentos, mientras el Barcelona se lame las heridas abiertas tras sus últimas derrotas. El triunfo 3-1 del Madrid en el Camp Nou propuso una variación en el escenario a comienzo de semana para el nuevo clásico.
De tal forma que parece que el equipo blanco tiene mucho que ganar y poco que perder, a diferencia de su rival. Es previsible que el Madrid alinee a jugadores de la reserva, dados sus 16 puntos de desventaja respecto del Barcelona en la Liga y lo que se juega el martes en Old Trafford.
De hecho, hasta se rumorea la posibilidad de que Cristiano Ronaldo se quede en el banquillo en el inicio. De alguna forma, el Real Madrid y Mourinho se ganaron ese derecho con el triunfo del martes y el pase a la final de la Copa del Rey, a costa de traspasar la depresión a su enemigo.
“El partido del martes nos dio mucha confianza, de saber que podemos lograr objetivos sea donde sea”, declaró Kaká.
El brasileño podría ser titular junto a futbolistas como Pepe, Marcelo, Luka Modric, Michael Essien, José Callejón o Karim Benzema, según lo que se especula en Madrid.