José Luis Quiñónez se unió al equipo en Lima (Perú) para evadir una orden de arraigo. Fue el autor del gol que le dio la clasificación a Emelec a la segunda fase.
José Luis Quiñónez cruzó la frontera con Perú en carro. Tomó un bus en Guayaquil hasta Tumbes y luego un avión que lo llevó a Lima.
Evitó que una orden de arraigo que existe en su contra le impidiera viajar a Paraguay vía aérea. Así llegó a la capital peruana y se encontró, el lunes pasado, con el resto de la plantilla y juntos tomaron el avión que los llevó hasta Asunción, capital paraguaya.
La prohibición para salir del país fue expedida el 19 de abril del 2011. Así consta en la demanda número 2011-0456, que se encuentra en el Juzgado Décimo de la Niñez y la Adolescencia de Pichincha.
El jugador hizo lo mismo cuando el equipo millonario viajó a Argentina y a Brasil para enfrentar a Lanús y Flamengo, en ese orden.
Pese a eso, según el abogado Rafael Candel, síndico de Emelec, el jugador llegó a un acuerdo con María Isabel Cahuasqui, madre de su hija. “El proceso durará hasta que la menor cumpla 18 años, pero todo esta resuelto. José Luis llegó a un acuerdo con ella”, explicó Candel.
Según el técnico Marcelo Fleitas, el jugador -de una u otra manera- debía llegar a Paraguay. No podía quedarse debido a que estaba entre los titulares.
Y el adiestrador no se equivocó al alinearlo. Las cerca de siete horas de viaje -terrestre y aéreo- que soportó Quiñónez hasta la capital peruana fueron compensadas con el gol que le marcó a Olimpia, y que permitió a los azules clasificarse a los octavos de final de la Copa Libertadores de América.
El ‘Pulpo’, como lo llaman sus amigos, sacrificó su formación académica por el fútbol. Juan Guzmán, uno de sus compañeros de aula en el Liceo Cristiano, recuerda que le gustaba tanto este deporte que, en una ocasión, se fugó de clases para ir a probarse a las divisiones formativas del cuadro eléctrico.
Vivía en la Cooperativa Balerio Estacio, en el norte de Guayaquil, junto a sus padres. Una mañana, en lugar de ir a clases tomó un bus que lo dejó en el complejo Los Samanes. Ahí lo recibió el estratega Humberto Pizarro.
El actual entrenador de River Plate Ecuador rememora que Quiñónez era versátil en cualquier puesto del campo de juego. Podía jugar con facilidad como defensa central y como lateral. Pero fue él quien lo ubicó por primera vez como volante de marca.
“Esa es su posición natural por su talla y por su tranquilidad para salir jugando desde el fondo”, analizó el adiestrador que lo hizo debutar en la sub-20 del club millonario cuando tenía 16 años.
Quiñónez no llegó ayer con el resto del equipo. Se quedó en Lima para tomar nuevamente un avión que lo llevara hasta Tumbes y ahí viajar hasta Guayaquil, nuevamente vía terrestre.
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Apoyo y recibimiento
Unos 300 hinchas de Emelec acudieron al aeropuerto José Joaquín de Olmedo para recibir a los jugadores millonarios.
La delegación, por asuntos de seguridad, no salió por la puerta principal de la terminal aérea sino por una paralela. Luego se dirigieron a Los Samanes.
Los azules retornarán hoy a los entrenamientos y el lunes se concentrarán para el partido de el miércoles 18 contra Barcelona, en el estadio Monumental.