La quiebra del fútbol de Ecuador

Cuando un técnico afirma que sus jugadores de Primera categoría están desnutridos, que ellos juntan los centavos para ir en bus a los entrenamientos y que su prioridad no es clasificarse a torneos internacionales sino algo más modesto como garantizar la supervivencia diaria, no queda más que sentarse a llorar. Esa confesión, tan dramática y conmovedora, es un signo más de que el fútbol del país mundialista y petrolero camina hacia la quiebra, sin que el ‘mejor dirigente de la historia’ pueda hacer algo para evitarlo.

El panorama es sombrío, pues hay planes para que algunos auspiciantes dejen de apoyar al fútbol y al deporte en general, como bebidas de moderación, bebidas hidratantes y gaseosas. En estos tiempos falsamente curuchupísticos en que nos quieren obligar a comer quinua todos los días y en que nos confiscan la libertad de matarnos con las gaseosas que nos apetezcan, ya solo podrán ser patrocinadores los entes del Estado, ellos sí saludables y profilácticos.

Y aun así habrá que tener ‘suerte’, como la que sonríe a aquel equipo azul que encontró patrocinio por parte de un banco cuyo dueño es el pueblo pero que no hace lo mismo con los demás.

¿Se imaginan que Ministerio de Salud auspicie a El Nacional?, ¿que el logo del CNE esté en la camiseta del Quevedo?, ¿qué el Ministerio de Cultura contribuya con el trasero de la pantaloneta del Aucas?, ¿que la Casa Blanca se llame Yachay? Dios ampare a los clubes.

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