Nelson Haedo Valdez, seleccionado paraguayo de fútbol, hace 10 años estuvo a punto de pedir limosna. En su país, ayudaba a su primo a lograr los USD 5 con los que pagaba el pasaje de Asunción a San Joaquín, donde nació, y poder ver a sus padres.
Entonces, tenía 15 años y había dejado los estudios y su ciudad natal para jugar en el Tembetary. Allí durmió en una cama bajo las gradas del estadio. Pasaron dos años hasta que el Werder Bremen le dio una oportunidad.
Llegó a Alemania en septiembre de 2001, con 17 años. “Todo lo que tenía lo metí en una bolsa de supermercado y partí”, contó el delantero al diario El País. Descubrió el frío, las caminatas para ir a entrenarse y la soledad. Valdez partió hacia Alemania con el castellano justo. Hoy habla polaco, español, alemán, inglés y guaraní.
La pobreza acompañó al delantero paraguayo que hoy juega en el Hércules de España y está casado con la hija de un importante empresario alemán de origen polaco que le ayudó a impulsar una fundación benéfica.
Esta realidad se asemeja a la de otros jugadores paraguayos que afrontaron problemas económicos, cuenta el periodista paraguayo Amilcar Noguera.
En Paraguay, al igual que en Ecuador, el fútbol ayudó a los jugadores a salir de la pobreza.
Estos casos, en su mayoría, son parecidos a los de otros futbolistas como Enrique Vera, de Liga de Quito, y Lucas Barrios. Este último nació en Argentina, pero obtuvo la nacionalidad paraguaya por su madre también paraguaya Petrona Cáceres.
Jorge Célico, entrenador de la Católica de Ecuador, formó al delantero en su juventud en el club Huracán de Argentina. Él recuerda que Barrios “era un muchacho de una familia humilde”.
Eugenio Barros, padre de Lucas, era un albañil argentino. El delantero debutó en Argentinos Juniors en el 2003 y, luego, continuó su carrera en Chile. En este país se destacó en el Colo Colo en el 2008. Ese año marcó 37 goles y fue reconocido por la FIFA como el Mejor Goleador Mundial de Primera división.
Vera, antes de venir a Ecuador, era guardia de seguridad. Él llegó a Aucas en el 2003. Luego, pasó por Olmedo, Católica. Hoy está en LDU, club en el que ganó la Libertadores 2008.
La garra guaraní
Marcos Cáceres sufrió en el 2009 una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, tras una patada que recibió en un partido con Racing. El volante se recuperó y hoy forma parte del equipo que juega la final de la Copa.
Cáceres es uno de los pocos seleccionados paraguayos que juega en su país. Milita en el Libertad. Iván Piris juega en Cerro Porteño, Elvis Marecos en
Guaraní y Pablo Zeballos en Olimpia. El resto actúan en el exterior.
El pupilo de Bielsa que levantó a Paraguay
El argentino Marcelo Bielsa dirigió a un grupo de jugadores que, en su gran mayoría, surgieron del Newell’s Old Boys campeón nacional de Argentina de 1991 y 1992 y finalista de la Copa Libertadores 1992
Bielsa los conocía desde 1988, cuando con apenas 33 años hizo sus primeras armas como técnico. De allí salió uno de sus herederos predilectos, Gerardo Martino, el cerebral volante armador de aquel equipo. El actual conductor de Paraguay, quien llegó al puesto en 2007 luego de obtener varios títulos de liga, acaba de meter a la ‘Albirroja’ en la final de la Copa América 2011.
“Siempre fui admirador de Bielsa, ya que en sus inicios coincidió con mi última etapa como futbolista. Me atrapó su personalidad como profesional y las comparaciones me enorgullecen”, dijo el ‘Tata’ Martino.
El estratega de Paraguay ha sido quizás su mejor alumno, más allá de preferir un esquema 4-4-2 al 3-3-1-3 de su mentor.
Ambos se enfrentaron dos veces durante el clasificatorio para el Mundial de Sudáfrica 2010 con un triunfo por lado.
En la cita mundialista, Paraguay llegó a cuartos de final y el Chile de Bielsa no pasó de octavos. “Me alegro que vuelva a dirigir, sobre todo porque no tendré que enfrentarlo en las próximas eliminatorias”, afirmó Martino sobre la llegada del Bielsa al Bilbao de España.
Hoy, Martino busca su primer título con la selección paraguaya en la Copa América.