Los pronósticos, que auguraban una cómoda victoria italiana, se hicieron pedazos a los 7 minutos, cuando Shane Smeltz puso a ganar a su equipo. La pequeña Nueve Zelanda, país de cuatro millones de habitantes (amantes del rugby, además), sin una liga profesional fuerte, vencían a la tetracampeona mundial.
Italia empató a los 29 minutos, gracias a un penal polémico, pitado por el juez guatemalteco Carlos Batres, que consideró falta el agarrón que aplicó el defensor Tommy Smith a la camiseta de Daniele de Rossi. El italiano se zambulló y el juez le dio el penal, que Vincenzo Iaquinta cambió en gol.Esa jugada fue lo único que permitió a Italia evitar la enorme verguenza de caer ante un equipo colocado en el puesto 78 del escalafón FIFA (Italia está en el quinto casillero).
Antes y después del penal, los neozelandeses del DT Ricki Herbert aguantaron la presión italiana, cuyos jugadores tuvieron la pelota en sus botines el 70% del tiempo, pero eso no les sirvió para administrarla con efectividad.
En el segundo tiempo aumentó la presión italiana, pero el portero neozelandés Mark Paston defendió eficientemente su valla.
El portero, de 33 años y 1,95 metros, supo salir a cortar los numerosos centros y tiros de esquina que llegaron al área, y contó con la colaboración de una sólida línea defensiva encabezada por el capitán Ryan Nelsen.
Paston, en un dato que aumenta la humillación italiana, no ha tenido regularidad desde el 2003, cuando dejó a su equipo de toda la vida, el Napier City Rovers de su país, para probar suerte en Inglaterra, y no le fue bien.
Con estudios universitarios terminados, Paston fue contratado por el Bradford City, pero solo jugó 13 cotejos. Peregrinó por Escocia hasta que, en el 2007, fue contratado por el Wellington Phoenix de su país.
En la selección no era titular, pero se convirtió en héroe cuando atajó un penal a Bahréin, en la repesca de las zonas de Asia y Oceanía, acción que dio a Nueva Zelanda el pase al Mundial del 2010. Antes, este equipo solo había jugado el Mundial de 1982, con tres derrotas inapelables.
Ahora, Nueva Zelanda sueña con clasificarse. Le basta una victoria sobre Paraguay, en la última fecha.